La San Diego Comic-Con de Málaga 2025 ha convertido la ciudad en el epicentro del fandom. Durante cuatro días, el FYCMA se llenó de cosplayers, paneles de cine y series, estrenos exclusivos y zona gamer, reuniendo a miles de fans que querían vivir en primera fila la magia de la Comic Con.

El ambiente fue una mezcla intensa: desde la ilusión y el entusiasmo de quienes soñaban con ver a sus artistas favoritos, hasta las quejas por colas, accesos y organización, que también forman parte de la experiencia y que comentaremos de manera constructiva más adelante.

Si te preguntas qué tal ha estado la Comic Con Málaga, qué paneles brillaron, cómo fue el concurso de cosplay o qué tal funcionó la zona gamer, en este artículo te contamos nuestras impresiones de la SDCC Málaga 2025: lo bueno, lo sorprendente y lo que todavía puede mejorar.

Entrando en faena: La experiencia desde dentro

La imponente entrada a Comic Con Málaga

Lo primero que notas al pisar el FYCMA es que la Comic Con ya no es “un evento más” en el calendario malagueño: es un despliegue gigante donde la emoción se palpa desde la puerta… y también las primeras colas. El contraste con otros eventos celebrados en el mismo recinto es evidente: aquí la envergadura fue masiva. La acreditación de prensa fue ágil, con una cola independiente que apenas nos hizo esperar, igual que la dedicada a cosplayers. En cambio, el acceso general sí acumuló bastantes quejas, sobre todo el sábado y domingo, cuando los picos de entrada pusieron a prueba la organización.

Una vez dentro, la bienvenida corría a cargo de los cosplayers más épicos, y la sensación inicial era la de estar en un auténtico parque temático del fandom. Tanto contenido abruma hasta que te haces con el mapa mental del recinto: en total, 80.000 metros cuadrados de puro frikismo.

En el edificio principal, el Hall S actuaba como HUB central, siempre con un DJ animando el ambiente. Desde allí se accedía a los Auditorios 1 y 2, la sala de conferencias y la primera planta, donde se desarrollaban talleres. El Exhibitor Hall era el gran monstruo: stands de Bandai-Namco y Nintendo, zonas de demo como Toy Story, Tron Ares, Jurassic World, Predator o Black Phone 2, además de espacios para pintar miniaturas, jugar a mesa y, por supuesto, las inevitables tiendas de merch.

El Collector Hall tiraba más por lo expositivo: figuras, la instalación inmersiva Wall of Fear con escenas icónicas del terror y la muestra de la Infinity Saga de Marvel, donde podías pasearte entre los props más reconocibles del MCU.

En el exterior, el “Village” abría todavía más posibilidades. Allí destacaba el imponente Hall M, la zona de Meet the Artist, el espacio B2B (previa cita), un Food Court con varias opciones para comer al aire libre, stands extra, otro escenario y actividades repartidas por todo el recinto. Todo ello coronado por el arco que daba la bienvenida al Village, perfecto para selfies de recuerdo.

El arco que nos daba la bienvenida al Village

En lo organizativo, se agradeció el intento de separar zonas y actividades (artist alley, zona gamer, paneles grandes), aunque la señalización y la movilidad interna todavía flojeaban. Más de uno acabó perdido entre pabellones o corriendo para llegar a un panel. Eso sí, se notó mejora de un día para otro: la organización iba aplicando feedback y las colas se gestionaban mejor con cada jornada.

En resumen: la experiencia desde dentro fue una mezcla de ilusión, caos organizado y ganas de más. Porque sí, se notan las costuras logísticas, pero también se nota que Málaga está cogiendo músculo para convertirse en una de las citas frikis más potentes de Europa.

Paneles de otro nivel: Predator, Marvel, Star Wars y más

Si hay algo que se te queda grabado de la SDCC Málaga 2025, no son solo los nombres que pasaron por los paneles (aunque algunos merecen capítulo aparte), sino la sensación de ser parte de algo gigantesco. Y Hall M fue el recinto que más hizo latir esa emoción.

La primera vez que entramos, con sus tres pantallas inmensas, el escenario iluminado y el murmullo de miles de personas, entendimos de golpe dónde estábamos: en el centro del huracán. Ver cómo se llenaba para la inauguración con Dafne Keen ya marcaba el tono de lo que vendría.

Dafne Keen y Taz Skylar

A lo largo del fin de semana, Hall M vibró con momentos como la aparición de Jared Leto en el panel de Tron: Ares, la masterclass de Arnold Schwarzenegger o el adelanto de Predator: Badlands, que se sintió todavía más grande en ese espacio casi de estadio. Es un Hall que convertía todo en épico, como la aparición sorpresa de Elle Fanning que levantó a todo el público.

Los actores e invitados estuvieron cercanos, brillantes y muy participativos. Las charlas consiguieron cautivar al público, ya fuera por la espectacularidad —como ese Álvaro Wasabi entrando escoltado por la Legión 501— o por la calidez y los mensajes poderosos que transmitieron figuras como Dafne Keen, Gwendoline Christie y Natalia Dyer.

Pero no todo pasó en Hall M. También hubo joyas en otros espacios, como el mini concierto de Nobuo Uematsu, que, pese a la confusión con las firmas y algún problema técnico con la traducción simultánea, consiguió emocionar al público hasta el punto de arrancar varios aplausos en pie.

Nobuo Uematsu y Rie Tozuka

Eso sí, toda esta epicidad tuvo su contrapartida. Hall M, con capacidad para más de 3.000 personas, quedó pequeño frente al torrente de fans. Hubo quien se quedó fuera pese a colas interminables, y moverse dentro del recinto en horas punta era casi misión imposible. Esa tensión contrastaba con la magia que se vivía dentro.

En definitiva, Hall M hizo brillar la experiencia, pero también dejó claro lo difícil que es contener tanta pasión en un espacio que aún no está dimensionado para la magnitud del evento. Un recuerdo espectacular… y un recordatorio de que todavía hay margen de mejora.

Cosplay a tope: Arte, tela y mucha pasión

Uno de los grandes atractivos de cualquier Comic Con es el cosplay, y en Málaga 2025 el nivel estuvo altísimo. Desde la entrada, los cosplayers más épicos eran los que marcaban el paso: armaduras de Star Wars reluciendo bajo las luces, sables láser atravesando el gentío y personajes de anime y videojuegos tan bien logrados que costaba distinguir si estabas en el FYCMA o dentro de un opening de temporada.

El momento cumbre llegó con el concurso de cosplay celebrado en el Hall M, un escenario que ya de por sí imponía con sus pantallas gigantes y un público entregado. Allí, las actuaciones cobraban otra dimensión: cada pose y cada transformación se sentían multiplicadas por la épica del lugar. El jurado tampoco era cualquier cosa: Yaya Han, una de las cosplayers más famosas del mundo, compartió mesa con Anhyra y Gehe, referentes de la escena nacional. Su presencia no solo legitimó el concurso, sino que atrajo a participantes con ganas de demostrar lo mejor de su talento frente a nombres de ese calibre.

Jurado de alto nivel

Hubo armaduras imposibles, caracterizaciones dignas de Hollywood y un momento que quedará para la historia de esta primera SDCC Málaga: una pedida de mano en pleno escenario, con todo Hall M rompiendo en aplausos y vítores. Fue la guinda perfecta para un certamen que no solo mostró creatividad y esfuerzo, sino también la comunidad y la emoción que rodea al cosplay.

El momento mas romántico de la Comic Con

Más allá del concurso, el cosplay se respiraba en cada pasillo. Grupos coordinados de Expedition 33, Dandadan o Final Fantasy posaban para fotos improvisadas; clásicos de Star Wars y Marvel se mezclaban con personajes de moda del anime; y los propios asistentes paraban a pedir fotos con respeto y admiración. Sí, moverse con alas gigantes o armaduras de foam entre el gentío no era fácil, pero ahí es donde el ambiente cómplice hacía magia: el público ayudaba, animaba y reconocía el esfuerzo.

En definitiva, el cosplay en la SDCC Málaga 2025 fue un espectáculo en sí mismo: creatividad, comunidad y mucha pasión, tanto en los grandes escenarios como en los pequeños rincones del evento.

Mandos en mano: Zona Gamer y Actividades

Si algo convierte la Comic Con en un auténtico parque temático del fandom son las actividades y expositores. Y en SDCC Málaga 2025 hubo para todos los gustos: desde colas caóticas hasta experiencias que te dejaban con la boca abierta.

El mismísimo John Romero estaba firmando en el stand de Doom

Empezamos por el stand de Funko, que fue casi un evento paralelo en sí mismo. Colas kilométricas, gente madrugando solo para pillar sus exclusivos y un ambiente de auténtica locura. Hubo quejas (y con razón) por la organización, porque el espacio se quedó muy pequeño para la fiebre coleccionista, pero también fue prueba del tirón que tiene la marca en este tipo de citas.

En el lado más jugón, Nintendo y Bandai Namco se llevaron buena parte de las miradas. El primero con su habitual despliegue colorido y lleno de demos para probar en familia, y el segundo con propuestas que hicieron las delicias de los más otakus, convirtiendo su espacio en un punto de encuentro constante, con la genial Lara Smirnova animando el cotarro con desafíos desde Patapon hasta Elden Ring.

El cine también tuvo su parte divertida con las experiencias inmersivas de Tron: Ares, Jurassic World o Black Phone 2, todas ellas pensadas para que el público se sintiera parte de la peli: desde hacerse fotos en decorados espectaculares hasta vivir mini actividades que parecían atracciones de feria. La apuesta de Vértigo Films no pasó desapercibida, porque consiguió que hasta los que iban solo de paso se parasen a curiosear metiendo la mano en una suerte de barril tóxico en busca de un premio.

Entre los grandes iconos de este año, imposible no mencionar al Bowser gigante de LEGO, que fue de los más fotografiados del evento, y el set de la habitación de Andy de Toy Story, que era pura nostalgia hecha exposición: cada detalle recreado para que cualquiera, da igual la edad, sintiera que estaba entrando en la peli.

El cuarto de andy fue testigo de fotos la mar de divertidas

En resumen, la zona gamer y las actividades fueron un festival de estímulos: caos en algunos expositores, sí, pero también momentos de pura magia friki que justificaban hacer cola, perderse entre pabellones y dejarse llevar.

Málaga en modo épico: Impacto y futuro del evento

La San Diego Comic-Con de Málaga 2025 no ha sido solo un festival friki: también ha sido un movimiento cultural y económico que transformó la ciudad durante cuatro días. Hoteles llenos, bares y restaurantes a reventar, taxis y VTC sin parar, y miles de visitantes que llegaron expresamente para el evento. Málaga se convirtió en el punto de encuentro del fandom en Europa, y eso se notaba tanto dentro como fuera del FYCMA.

Además, este año se anunció el acuerdo de colaboración con el Festival de Málaga, pensado para impulsar contenidos de series y reforzar la posición de la ciudad como referente audiovisual. Un paso que coloca a Málaga en el mapa no solo del turismo, sino también de la industria del entretenimiento.

El presidente de la Junta de Andalucia junto a otras personalidades

Ahora bien, todo este despliegue también deja deberes. El evento ha demostrado que la pasión del público es más grande que la infraestructura disponible: colas interminables, recintos desbordados y zonas que se quedaron pequeñas para la afluencia. Si de verdad Málaga quiere consolidarse como la “Comic Con europea”, tendrá que pensar en ampliar espacios, mejorar la señalización y afinar la logística para que la experiencia brille tanto como las exclusivas.

Lo que está claro es que esta primera edición dejó un mensaje rotundo: hay hambre de Comic Con en España. Y Málaga, con su clima, su encanto y su proyección internacional, tiene todos los ingredientes para convertirse en cita fija del calendario. Con un poco más de músculo organizativo, el futuro de la SDCC Málaga pinta tan épico como los paneles de Hall M.

Polémicas y veredicto: Lo que me llevo en la mochila (y en el corazón)

Es muy difícil condensar en un solo artículo todo lo que se pudo vivir en la Comic Con, porque sinceramente, fue masiva, abrumadora y emocionante a partes iguales. Por lo que tomaros esto como unas impresiones, pero se nos haría larguísimo mencionar todos los paneles, artistas, talleres y experiencias que hemos disfrutado estos días. La parte triste de la moneda es que, mientras quienes lograron entrar en los paneles o moverse con calma se fueron encantados, una parte importante del público se vio afectada por una falta de organización evidente.

Las colas se han llevado la mayor parte de la atención

Hubo colas eternas, accesos saturados y actividades que se desbordaban sin control. Ahora bien, también hay que reconocer que se notaron esfuerzos reales por enmendar situaciones de un día para otro, con mejoras en señalización y gestión de colas que aliviaron bastante la experiencia. Y el personal de la Comic Con, con el que pudimos hablar en varias ocasiones, estuvo de diez: cercanos, resolutivos dentro de sus posibilidades y siempre con una sonrisa, aunque muchas veces ellos tampoco tenían la información que la gente pedía a gritos.

Si evaluamos el evento en sí, la calidad de contenidos, invitados y experiencias es innegable. Pero si lo que valoramos es la experiencia global, aquí es donde se polariza: hay quien salió con el corazón lleno de hype… y hay quien salió frustrado y cansado.

En mi caso, me quedo con lo positivo: los paneles en Hall M, la creatividad de los cosplayers, la magia de Nobuo Uematsu, las risas, y sobre todo lo divertido que fue compartir la experiencia con los compañeros de prensa —esas carreras entre panel y panel, las charlas entre bambalinas y la complicidad de vivir juntos algo tan grande. Por unos días, Málaga fue el epicentro del fandom mundial, y nosotros lo vivimos en primera fila. Solo espero que para la siguiente nos den más acreditaciones para poder cubrir el evento como dios manda.

En la mochila me llevo recuerdos espectaculares, y en el corazón, la esperanza de que en próximas ediciones aprendan de los errores y esta Comic Con se convierta en lo que promete: una cita épica y de referencia en Europa.

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Runner de día, gamer de noche y protagonista de mi propio JRPG emocional. Nací con rings de Sonic, crecí con la Master Sword y ahora intento sobrevivir entre deadlines como si esto fuera Final Fantasy Tactics. Main de Sin Kiske, fan de Cloud, y últimamente poseído por la locura divina de Chainsaw Man y las verdades incómodas de Bleach. Si me ves escribiendo sobre videojuegos como si me fuera la vida en ello… probablemente es que me ha dado otro boost de adrenalina azul. A veces soy productivo...

2 comentarios

  1. Pues claro que has salido contento, bro. Si llevabas pase de prensa y has podido disfrutar de todo lo mejor sin colas.

    El resto de los mortales que pagamos y no pudimos más que disfrutar de colas bajo el sol y encima nos perdimos los paneles por la pésima organización que no solo aplicó al los días de los eventos, sino antes, durante los procesos de compra o registro en la agenda, pues las pasamos muy mal.

    Esta comic con no es mejor que muchas otras que se hacen en España y no es un referente internacional para nadie (quizás para Alex de la Iglesia).

    Ha sido un timo para todos los andaluces que hemos visto como se han llevado 5 millones de euros calentitos en lugar de arreglar problemas más imperantes, como la sanidad o la educación.

    El artículo parece que lo ha escrito un fan ilusionado que quiere volver el año que viene a entrar gratis y sin colas.

    ¡Hay que tener más rigor periodístico!

    • Antonio Benitez on

      ¡Gracias por tu comentario!

      Entiendo perfectamente tu punto de vista y tienes razón en que la experiencia no fue igual para todo el mundo. Yo asistí con pase de prensa, así que es cierto que pude vivir ciertas ventajas que un visitante normal no tuvo, pero eso no significa que no haya visto las colas o los fallos de organización que mencionas.

      En el artículo intento reflejar tanto lo positivo como lo mejorable porque creo que es importante que se escuchen todas las voces: quienes disfrutaron y quienes lo pasaron mal. Y ojalá los organizadores recojan todo este feedback para que la próxima edición salga mejor, porque Málaga y Andalucía merecen un evento a la altura.

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