Hoy os traemos el análisis de Touhou Luna Nights para Nintendo Switch, un dōjin desarrollado por Team Ladybug. Aquí, además de esquivar proyectiles a diestro y siniestro con el chiptune más molón de fondo, Sakuya —nuestra maid de confianza— tendrá que usar sus poderes para manipular el tiempo y escapar del mundo alternativo que le ha preparado su jefa, Remilia Scarlet.

Proyectiles locos, personajes carismáticos, un pixel art de lujo y una banda sonora espectacular. Y si todo lo anterior te suena menos que el argumento de Kingdom Hearts contado en orden, sigue leyendo y descubre por qué este juego, que distribuye en físico Selecta Play, debería estar en tu biblioteca.

Entre balas y relojes – El mundo alternativo de Remilia

Primero os voy a dar un poco de contexto. Que no cunda el pánico: no hace falta ser un experto en Touhou para disfrutar de este juego, pero oye, así salís de aquí convertidos en otakos nivel épico.

El Touhou Project se desarrolla en Gensokyo, un mundo alternativo aislado del nuestro que funciona con sus propias reglas. Allí conviven humanos, brujas, dioses, fantasmas, vampiros y yokais de todo tipo… básicamente, como si alguien hubiera mezclado una resaca de sake con un fanfic sin control. Vamos, que Harry Potter parece una excursión escolar al lado de esto.

La caprichosa Remilia

En este Gensokyo se encuentra, a orillas del Lago Brumoso, la Scarlet Devil Mansion: un castillo gótico de manual, de esos que desde la puerta ya te dicen “no llames al timbre si no quieres acabar de cena”. La regenta Remilia Scarlet, una vampiresa caprichosa con más de 500 años a la que le encanta meter a los demás en líos. Y, claro, su castillo y sus variopintos inquilinos son el epicentro de muchísimas historias de Touhou… y esta no es la excepción.

En Touhou Luna Nights, Remilia decide, porque sí, mandar a su sirvienta de confianza, Sakuya Izayoi, a un mundo paralelo como prueba de lealtad. Y ahí es donde empieza la fiesta: un viaje lleno de trampas, enemigos y mucho, muchísimo caos.

La odisea de Sakuya nos dejará paisajes de ensueño

Ese es un breve resumen de una saga que lleva más de una treintena de juegos a sus espaldas. Y aunque en Occidente no sea demasiado conocida, en Japón ha ganado muchísimos adeptos gracias al carisma de sus personajes y, sobre todo, a que ZUN —la única mente detrás del Team Shanghai Alice— permitió desde el día uno que la comunidad fan crease juegos, mangas y todo lo que se les pasara por la cabeza. El resultado: más de mil productos fan-made relacionados.

Y es que Touhou Project es un doujin, lo que significa “hecho por fans”. Si venís del mundo otako os sonará el término doujinshi: tomos con historias creadas por la propia comunidad.

Al mando de este capítulo está el Team Ladybug, un estudio que quizá no os suene de primeras, pero que se ha especializado en juegos fanmade y colaboraciones con franquicias. Se caracterizan por un pixel art precioso y por ser unos auténticos expertos en el estilo Metroidvania. Desde aquí os recomiendo que echéis un ojo a Record of Lodoss War: Deedlit in Wonder Labyrinth, y si sois fans de Shin Megami Tensei (o Persona), probad el gratuito Synchronicity Prologue.

Y ahora que ya tenéis el máster express en Touhou… vamos a destripar sus mecánicas.

Parar el tiempo (Y que no te frian a proyectiles)

Cuando hablamos de Touhou, los puristas siempre lo llaman bullet hell: esos shooters en los que la gracia no está en disparar a todo lo que se mueve, sino en sobrevivir a una cortina de proyectiles imposible. No es lo mismo que un run and gun (tipo Metal Slug o Cuphead), porque aquí el reto está en bailar entre balas, no en freír enemigos. Si quieres ejemplos de bullet hell de manual: Ikaruga o DoDonPachi.

Proyectiles por todas partes

Con el tiempo, esta esencia se ha mezclado con otros géneros, y Luna Nights es prueba viviente de ello: un Metroidvania con alma de bullet hell. Tenemos nuestra mansión gótica que explorar, habitaciones bloqueadas que requieren nuevas habilidades o ítems para abrirse, y sí, también ese backtracking marca de la casa que tanto nos gusta (y a veces nos desespera).

Lo que de verdad hace especial a Luna Nights son dos cosas:

  • Los poderes de Sakuya, que puede manipular el tiempo para parar enemigos, esquivar o resolver puzles.
  • Los jefes, que en lugar de ser simples sacos de golpes, te lanzan patrones de disparos que hay que memorizar y esquivar con precisión, atacando solo cuando la oportunidad aparece.

En otras palabras: es como si Symphony of the Night y un Touhou shooter tuvieran un hijo, y Sakuya fuera la niñera encargada de que no explote todo.

El parar el tiempo nos permitira plantear estrategias

Con un solo botón, Sakuya puede detener o ralentizar el tiempo durante unos segundos, o hasta que se vacíe su barra especial. Esto añade un punto estratégico brutal: te permite esquivar proyectiles imposibles y recolocarte para buscar el mejor ángulo de ataque. Eso sí, hay que usarlo con cabeza, porque quedarte sin barra de tiempo en mitad de un boss es básicamente firmar tu sentencia de muerte. La mecánica también se aprovecha en algunos puzles ambientales, lo que le da variedad a la exploración.

Luna Nights es lo que pasa cuando un bullet hell se junta con un metroidvania.

Aunque no es un juego fácil (ni puedes elegir dificultad), resulta bastante accesible. Todo depende de vuestros reflejos y de cuánto aguantéis el “un intento más”. A base de repetición se progresa, y salvo algún encuentro más desesperante, los bosses son tan divertidos que siempre invitan a otro try.

Pixel Art con clase de Maid y Chiptune epico

Es cierto que no se debe juzgar a un libro por la portada, pero oye… cuando la portada y las páginas interiores van de la mano, da un gustirrinin que ni el primer café de la mañana. Y aquí Team Ladybug vuelve a demostrar que lo suyo son las 2D finas, bien pulidas y sin rebaba.

Aquí morirás porque has fallado tú, no porque la pantalla sea un caos ilegible

En Touhou Luna Nights la paleta se inclina hacia tonos fríos que encajan de maravilla con la aura gótica de la Mansión Scarlet, aunque ojo, no hablamos de un gótico lúgubre al estilo Symphony of the Night, sino de un gótico con filtro anime/cartoon, más estilizado, más “maid badass”. Los escenarios rebosan detalles: engranajes que giran, vidrieras que relucen, relojes que marcan no el tiempo real sino el de tus esquives imposibles.

Ojalá poder hacerle un screenshot a la música

Y algo clave en este tipo de juegos: la lectura visual. Es un error común que el pixel art bonito se convierta en un caos donde no distingues si lo que te acaba de partir la barra de vida era un boss, un proyectil o el espíritu de tu ex. Aquí no: en Luna Nights todo es claro y reconocible. Sientes que mueres porque has fallado tú, no porque el juego sea un batiburrillo ilegible.

Mención especial merecen las animaciones: rápidas, fluidas y deliciosamente engrasadas a 60 FPS constantes, tanto en PC como en Switch (portátil y dock). El movimiento de Sakuya, el congelar el tiempo, la lluvia de cuchillos… todo tiene esa finura que hace que quieras spamear habilidades solo para ver lo bien que se mueve en pantalla.

Una rave de cuchillos, un gótico con filtro anime y un temporizador en tu contra: así se resume Luna Nights

La BSO es otro de los puntos fuertes del juego. Aquí nos encontramos con los temas originales de la saga (compuestos en su día por ZUN, padre de todo el universo Touhou) reimaginados con arreglos y composiciones de Peposoft (sí, el mismo que puso música al Record of Lodoss War: Deedlit in Wonder Labyrinth).

Para los veteranos de Touhou, las melodías resultarán tan familiares como un viejo meme, pero con un aire fresco que las hace sentir nuevas. Y a quienes aterricen aquí por primera vez, les espera una música que se mueve entre sintetizadores, guitarras digitales y un toque electrónico que encaja como anillo al dedo en cada rincón de la mansión. Hay temas rápidos y frenéticos que convierten la lluvia de proyectiles en una auténtica rave de cuchillos, y otros más pausados que generan atmósfera mientras exploras los pasillos góticos llenos de engranajes y vidrieras.

Yokais, gatos y fuegos fatuos

En definitiva, la banda sonora de Touhou Luna Nights es un homenaje con todas las de la ley: respeta el ADN musical de la saga, lo reimagina en clave metroidvania y te acompaña en cada “un try más” con un ritmo tan adictivo que engancha casi tanto como el propio gameplay.

La música no solo acompaña, sino que empuja: cada ‘un try más’ tiene su propio ritmo

¿Por que Luna Nights debe estar en tu biblioteca?

¿Es Touhou Luna Nights café para muy cafeteros? Pues… sí y no. Sí, porque los fans del universo Touhou van a reconocer al instante todas sus virtudes: agarra lo mejor de la saga y lo eleva en formato metroidvania. Y no, porque al mismo tiempo es una puerta de entrada fantástica para quien simplemente quiera disfrutar de un título precioso, desafiante y con un carisma que se desborda a cada paso.

Si tuviera que ponerle un “pero”, sería que se puede hacer corto, pero como todo lo bueno, sabe dejarte con ganas de otro sorbo más. Y ahí está parte de su magia.

Por lo demás, si te gustan los metroidvania, es de esos juegos que tienes que probar sí o sí. Además, nuestros amigos de Selecta Play se han currado una edición física mimada al detalle tanto en PS5 como en Nintendo Switch, disponible en estándar y coleccionista.

Tohou Luna Nights está disponible desde el 11 de julio de 2025. Vamos, que no hay excusa: ya sea digital o en tu estantería, Luna Nights merece un hueco en tu biblioteca.

Touhou Luna Nights

8.6 Candidato a GOTY

Touhou Luna Nights es un metroidvania que brilla con su pixel art detallado, animaciones fluidas y una banda sonora que homenajea con estilo a Touhou. Exigente pero accesible, combina reto y carisma a partes iguales, aunque se siente algo corto para lo bien que funciona. Con todo, es una joyita imprescindible tanto para fans de la saga como para amantes del género.

Lo mejor
  1. El pixel art
  2. Lo frenético que es
  3. La música
Lo peor
  1. Puede hacerse corto
  • Historia 6.5
  • Jugabilidad 10
  • Apartado artístico 9
  • Apartado sonoro 9
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Runner de día, gamer de noche y protagonista de mi propio JRPG emocional. Nací con rings de Sonic, crecí con la Master Sword y ahora intento sobrevivir entre deadlines como si esto fuera Final Fantasy Tactics. Main de Sin Kiske, fan de Cloud, y últimamente poseído por la locura divina de Chainsaw Man y las verdades incómodas de Bleach. Si me ves escribiendo sobre videojuegos como si me fuera la vida en ello… probablemente es que me ha dado otro boost de adrenalina azul. A veces soy productivo...

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