El anuncio de Star Wars: Fate of the Old Republic durante The Game Awards 2025 fue uno de esos momentos que levantan cejas y esperanzas a partes iguales. Un nuevo RPG narrativo ambientado en la Antigua República, con Casey Hudson, director del legendario Knights of the Old Republic, al frente. Suena exactamente a lo que muchos fans llevan años pidiendo. Eso sí, todo indica que habrá que armarse de paciencia.
El título está siendo desarrollado por Arcanaut Studios, un estudio fundado este mismo año por Hudson, en colaboración con Lucasfilm Games. Y ese detalle es clave para entender por qué Fate of the Old Republic parece más una promesa a largo plazo que un lanzamiento cercano.
Un RPG narrativo en la Antigua República
Star Wars: Fate of the Old Republic propone una historia completamente nueva ambientada en los últimos compases de la Antigua República. Los jugadores encarnarán a un usuario de la Fuerza en una galaxia al borde del renacimiento, con un fuerte énfasis en la narrativa, las decisiones y la agencia del jugador.
Desde Lucasfilm Games, su vicepresidente y director general Douglas Reilly ha destacado que situar el juego en el pasado ofrece “un inmenso espacio creativo” para contar historias originales, explorar nuevos personajes y descubrir rincones inéditos de la galaxia, sin las ataduras de la saga cinematográfica principal. Una elección que encaja especialmente bien con el formato RPG, donde el peso de las decisiones y el desarrollo del personaje son fundamentales.
Un anuncio temprano… muy temprano
El tráiler mostrado en la gala fue completamente cinematográfico, algo habitual en anuncios de proyectos que todavía se encuentran en fases iniciales de desarrollo. De hecho, teniendo en cuenta que los juegos AAA actuales suelen requerir cuatro o cinco años de producción como mínimo, no sería extraño que Fate of the Old Republic no llegue hasta bien entrada la próxima década.
Este tipo de presentaciones sirven más para marcar una intención creativa que para mostrar el estado real del juego. En este caso, el tráiler deja claro el tono épico y el enfoque narrativo, pero no entra en detalles jugables ni técnicos, algo lógico si tenemos en cuenta que Arcanaut Studios acaba de iniciar su andadura como estudio independiente.
El peso del legado KOTOR
Hablar de la Antigua República es, inevitablemente, hablar de Knights of the Old Republic. Aunque Fate of the Old Republic no es una secuela directa, el propio Hudson ha reconocido que el proyecto nace con la ambición de recuperar aquello que hizo especial a KOTOR: una historia profunda, elecciones morales con consecuencias reales y una fuerte sensación de inmersión en el universo Star Wars.
Desde Lucasfilm Games insisten en que el juego está siendo desarrollado por personas que ayudaron a dar forma a ese legado, lo que explica la expectación generada desde el primer minuto. No se trata de repetir la fórmula, sino de reinterpretarla con herramientas y diseño actuales, manteniendo intacto su espíritu.
Star Wars y la paciencia del jugador
La cautela de muchos fans no es gratuita. En los últimos años, varios proyectos de Star Wars anunciados con gran entusiasmo han atravesado desarrollos complicados o han desaparecido en silencio. Casos como Star Wars 1313, Star Wars: Eclipse o el accidentado remake de Knights of the Old Republic han enseñado a la comunidad a moderar expectativas hasta ver avances más sólidos.
Eso no significa que Fate of the Old Republic vaya a correr la misma suerte, pero sí invita a entender el anuncio como lo que es: el inicio de un camino largo, no una promesa inmediata. En un panorama donde los ciclos de desarrollo se alargan cada vez más, la paciencia se ha convertido en parte del trato.
Mucha ambición, pero sin prisas
Desde Arcanaut Studios han dejado claro que el objetivo es ofrecer un RPG profundo, cinematográfico y fiel al espíritu de Star Wars, apoyado en pilares como narrativa innovadora, personajes memorables y decisiones con impacto real. Una ambición alta… y, precisamente por eso, un desarrollo que necesita tiempo.
Por ahora, Star Wars: Fate of the Old Republic es una ilusión en construcción. Una que promete mucho, pero que todavía está muy lejos de aterrizar. Y quizá, visto lo visto, sea mejor dejar que la Fuerza haga su trabajo con calma.
