Si eres de las que crecieron a base de point & click, humor absurdo y puzles que te hacían sentir listo (o muy terco), tenemos buenas noticias: Randal’s Tuesday llega a Steam y lo hace dispuesto a resucitar el espíritu de las aventuras gráficas de toda la vida.
Este nuevo título funciona como precuela del mítico Randal’s Monday, pero ojo: no necesitas haber jugado al primero para enterarte de nada. Aquí todo el mundo es bienvenido, tanto los recién llegados como las veteranos del sarcasmo pixelado.
Una historia nueva, pero con la esencia intacta
En Randal’s Tuesday no solo controlaremos al inconfundible Randal. También podremos manejar a Matt y Charlie, cada uno con su personalidad, su punto de vista… y sus propios problemas existenciales.
La historia se ambienta en un campus universitario, cuando los protagonistas aún eran estudiantes y tenían que sobrevivir a:
- Sospechas rarunas
- Responsabilidades académicas
- Líos cotidianos
Y, cómo no, una buena colección de desgracias marca Randal
Según el equipo, el objetivo estaba claro:
Mantener la esencia, pero hacer el juego más cercano, directo y accesible.
Y sí, habrá guiños para quienes jugasteis Randal’s Monday, pero sin dejar fuera a nadie. Detalles para sonreír, no para perderse.
Clásico por fuera, moderno por dentro
El juego apuesta por:
- Nuevos escenarios
- Puzles con sabor old school
- Humor muy de la saga
- Una narrativa más compacta y ágil que su predecesor
Nada de dar vueltas porque sí. Aquí la experiencia es más sólida, más centrada y muy fiel al género que tanto nos gusta.
Además, el desarrollo ha sido un auténtico trabajo en equipo entre el estudio y la comunidad. Amigos, mecenas y usuarios de Discord han estado ahí en cada fase del proyecto. Resultado: juego terminado antes de que acabe el año. Milagro gamer.
En resumen
Si te gustan las aventuras gráficas con personalidad, humor inteligente y ese regustillo nostálgico que nunca falla, Randal’s Tuesday apunta directamente a tu lista de deseados.
Porque los lunes son duros… pero los martes también pueden ser un desastre glorioso.
