Dar cera, pulir cera… ¿Quién no se acuerda de esta mítica frase del señor Miyagi? Ya ha llovido mucho desde 1984, año en que se estrenó la película dirigida por John G. Avildsen, quien convirtió las artes marciales en algo más que un simple espectáculo violento, en algo que representaba el crecimiento espiritual.
Ahora, en una evocación directa a la nostalgia nos llega Karate Kid: Legends, que no sólo reúne a icónicos maestros de las artes marciales, sino que también nos trae una historia completamente nueva llena de acción y emoción.
¿Quieres saber qué tal ha salido?
Rememorando el pasado
Como ya hemos mencionado anteriormente, la primera película llegó en el año 84 y fue protagonizada por Ralph Macchio en la piel de Daniel LaRusso, el típico adolescente al que no le sale nada, pero que es un bonachón. Junto a él, estaba el ya fallecido Pat Morita con su entrañable papel del señor Miyagi, un sabio que enseñaba el equilibro interior entre la poda de bonsáis y el encerado de los coches.
A esta película, le siguieron un par más para completar una trilogía sólida. Aunque no se puede decir lo mismo de la cuarta entrega protagonizada por Hilary Swank, que no vio el éxito que sí consiguió con Million Dollar Baby (con Oscar incluido a su actuación).
Tras dejar descansar la saga durante un tiempo, llegó un remake, fallido, en 2010 protagonizado por Jackie Chan y Jaden Smith. La cinta cambiaba el kárate por el kung fu, el escenario y la filosofía, pero no logró captar la esencia de la original.
Y por fin, tras muchos dimes y diretes, llegó Cobra Kai, la serie que inició sus andanzas en YouTube y posteriormente en Netflix, que supo revertir el desgaste de una saga venida a menos. En ella, veríamos cómo habían evolucionado los personajes de Johnny Lawrence (William Zabka) y Daniel LaRusso (Ralph Macchio) durante este tiempo.
Creando una leyenda
Karate Kid: Legends llega como una especie de epílogo de Cobra Kai en forma de película. Nos cuenta la historia de Li Fong (Ben Wang), un adolescente tímido y brillante marcado por la muerte de su hermano mayor a raíz de una reyerta. Razón por la cual, su madre (Ming-Na Wen) le prohíbe acercarse a las artes marciales.
Buscando una nueva vida, se trasladan a Nueva York para comenzar en una nueva y prestigiosa escuela donde encuentra consuelo en la amistad con una compañera de clase (Sadie Stanley) y su padre (Joshua Jackson). Sin embargo, será él mismo quien sirva de ejemplo al padre de su amiga, un boxeador retirado que descubre de nuevo la inspiración en Li. Y es que el personaje de Jackson debe dinero a unos mafiosos y pedirá ayuda a Li para que le entrene.
Pero su tranquilidad dura poco una vez que, sin buscarlo, atrae la atención del formidable campeón de kárate local y ex de su nueva amiga. Impulsado por el deseo de defenderse, Li se embarca en un viaje para participar en la competición definitiva de kárate. Y es aquí cuando entran en escena su profesor de kung fu, el Sr. Han (Jackie Chan), y el legendario Karate Kid, Daniel LaRusso (Ralph Macchio). Maestros con los que Li fusionará sus estilos únicos para prepararse para un épico enfrentamiento de artes marciales.
Un elenco algo desaprovechado
Por primera vez en la franquicia contamos con un personaje principal asiático que, además de actuar bien (teniendo en cuenta su poca experiencia), es carismático y divertido en pantalla. Destacan sobre todo las escenas de coreografías, donde se ve que el chico se le da bien pelear. Su personaje tiene química con su protagonista femenina, así como con su madre, quien está un poco desperdiciada a pesar de que el conflicto entre ellos es uno de los puntos importantes de la trama.
En cuanto a los pesos pesados o más bien, lo que podría esperarse de ellos, tenemos por un lado a Jackie Chan, cuya aparición es algo limitada hasta la segunda mitad de la peli cuando empieza a brillar con las secuencias de acción. Por el otro, estaría Ralph Macchio, quien simplemente aparece para honrar el legado de Miyagi y entrenar al discípulo de su amigo durante el tercer acto y de una manera muy breve por lo que se echa en falta algo más de profundidad de su personaje.
En cuanto al resto del elenco no hay peros, si bien el desarrollo de ciertos personajes queda como algo anecdótico como el ya mencionado caso de Ming Na-Wen (madre del protagonista) o Wyatt Oleff, el malo de la peli.
Un montaje a revisar
Uno de los aspectos más flojos de la película es la edición de las coreografías de combate, que son caóticas y desordenadas, con algunas luchas con cámaras nerviosas y cortes que no dejan ver la acción de lo que se quiere mostrar.
A lo que hay que sumar transiciones exageradas, pantallas divididas, gráficos en pantalla o canciones que no cuadran demasiado con la escena. Si bien, no es algo que haga la película mala, sí que es un punto a tener en cuenta porque la pone un pequeño tachón que podría haberse evitado.
Se nota que el metraje ha sufrido recortes en el montaje porque hay escenas que no se entienden como por ejemplo la subtrama del tutor de Li, en la que de una escena a otra pasan de ser tutor y alumno a mejores amigos. Algo parecido sucede con el villano (Conor Day) que parece estar puesto por poner, ya que su personaje apenas se desarrolla. Da la sensación de que no se entra demasiado en la trama y los personajes no tienen ningún tipo de trasfondo.
Conclusión
Karate Kid: Legends no nos cuenta nada nuevo que no hayamos visto en entregas anteriores. La historia de un recién llegado que se termina enamorando de la chica de turno y participa en un torneo de artes marciales. Nada llamativo, pero tampoco malo. A pesar de no innovar, la película es entretenida y con buen ritmo.
Llegará a las salas el próximo 8 de agosto. Muchas gracias a Sony Pictures por la invitación.
P.D: No os perdáis la escena post-créditos.