Aunque aún vemos a gente leyendo libros en papel ─hasta en Madrid se creó la iniciativa de Biblio Metro para que la gente pudiera tomar prestados libros sin salir de la propia línea de transportes─, nos guste o no, cada vez pasamos más tiempo mirando las pantallas de nuestros móviles, e-reeder, tablet o consolas de mano durante nuestros trayectos habituales al puesto de trabajo o lugar de estudio. Esto ha hecho que una de las características principales de los móviles como es el acceso a internet desde cualquier sitio, se haya vuelto imprescindible para cientos de personas a diario.
Hace ya unos años que Apple invento el iPod y gracias a ello la gente llevaba su música en el bolsillo al salir a la calle, en el transporte o haciendo ejercicio, pero siempre había un problema, o el tamaño del aparato o el almacenamiento disponible para la música. Con el avance de la tecnología, los móviles cada vez se hicieron más ligeros y más inteligentes, y la gente empezó a usarlos con más asiduidad para el entretenimiento. Fue entonces cuando surgieron los servicios en streaming.
Primero llegó Spotify, luego Amazon Music, Apple Music… Y así hasta llegar a las plataformas de vídeo como Netflix, Disney +, Movistar o YouTube, por poner algunos ejemplos. Ya no teníamos que depender de meter música o películas en nuestros dispositivos y llenar el almacenamiento interno o tarjetas externas con contenido, ahora podías pasar fácilmente de escuchar música a ver a tu YouTuber favorito, un vídeo análisis o ponerte una serie.
Entonces llegaron los problemas. Las compañías de telefonía móvil no estaban preparadas para esta avalancha de demanda de datos y las tarifas, anticuadas a las tecnologías actuales, no eran suficientes para poder dar el servicio que el cliente necesitaba. Empezaron entonces los dramas de quedarnos sin datos, primero en vacaciones, y luego en nuestros caminos al trabajo. Al final solo escuchabas música, y te bajabas alguna serie que lo permitiera al almacenamiento interno y listo.
Pero claro, tu estabas viendo Vikings en tu móvil, y entonces ves que la persona de enfrente tiene una funda de móvil de Baby Yoda, y se te antoja ver The Mandalorian, pero tú «no lo tienes bajado», y si lo ves “tirando de datos” ya vas a estar con la paranoia de “cuántos datos te quedan, qué si cuándo es la próxima fecha de facturación, que como se te agoten a ver como miras Facebook con 56kbits de velocidad”. En definitiva, que estas viendo a Ragnar degollar sajones mientras en tu cabeza esta Baby Yoda llorando y tú pensando si puedes permitirte subir a una tarifa más cara por unos pocos gigas de más.
Baby Yoda esperando a que te bajes el capítulo |
Y aquí es donde entran las tarifas de datos ilimitadas como os comentábamos al inicio del artículo. Que tú siempre te preguntaste, ¿por qué en casa tengo internet ilimitado y en la calle no? Pues porque nadie se había atrevido a dar el paso, sencillamente.
Ahora es cuando viene la otra pregunta. ¿Nos interesa una tarifa de datos ilimitada a nosotras que somos más gamers que otra cosa? Pues vamos a verlo.
El gamer fuera de casa
Tenemos claro pues, que los límites para escuchar música y ver series, películas o vídeos en nuestros móviles tiene los días contados, pero ¿y si lo que queremos es jugar? Cierto es que podemos usar nuestras consolas portátiles sin necesidad de conectarnos a Internet a una gran variedad de juegos, y vale, siempre podemos compartir datos con nuestro móvil a dichas consolas ─si la compañía lo permite─, para visitar la isla de un amigo o para echarnos una rápida al Mario Kart 8.
Pero es que, queridos lectores, el futuro esta aquí al lado, y servicios como Google Stadia o Remote Play de PlayStation ya están aquí y Project xCloud de Microsoft sale dentro de un mes aproximadamente.
Ya no estamos hablando de un echar ratito a la Switch, o de jugar al Tomb Raider de móvil, al Sudoku o al Candy Crush. Estamos hablando de poder disfrutar juegos Triple A en tu móvil, allá donde quieras y cuando quieras sin preocuparte de «¡Ay, es que me quedan solo 5Gb y no se me renueva hasta dentro de 13 días!» La única limitación que teníamos era la red móvil y los gigas consumidos, pero ahora ya no hay excusa: ¡tarifa datos ilimitados y máxima velocidad 4G/LTE!
Y es que el juego en la nube está llegando ─por no decir que ya está aquí─, y la accesibilidad a estos servicios desde plataformas móviles es una realidad. Google Stadia aún tiene la limitación de que no esta disponible en todas las marcas de móviles, pero Project xCloud promete ser compatible con todos los dispositivos Android 6.0 o superior y Remote Play ya esta disponible para teléfonos que no sean de marca Sony.
Jugar a Destiny 2, Read Dead Redemption 2, God of War o próximamente a Halo o Gears of War 5 en tu móvil estando en el transporte público, un bar o el parque, es una realidad al alcance de muchos y por menos dinero del que podríamos haber pensado.
El futuro del gaming esta aquí, ¡sal a la calle, y sigue jugando!