Después de 4 años en acceso anticipado (early access), Becastled lo abandona, por fin, con una versión 1.0 muy prometedora. Mana Potion Studios, los desarrolladores detrás de este juego, han combinado dos elementos que casan realmente bien: por un lado, el city-building, para crear un reino próspero en el que gestionar los recursos, y, por otro lado, tower defense, donde defenderemos nuestro reino a capa y espada.
Con esta base, dependerá de nuestra habilidad para mantener un imperio triunfante, que no sucumba a las fuerzas de la oscuridad, y feliz. ¿Seréis capaces de liderarlo hasta el éxito?
Que el sol os guíe
Cada uno de estos dos géneros, city building y tower defense, están separados en dos momentos. Un reloj interno que nos irá cambiando entre el día y la noche, con lo que habrá un tiempo limitado para realizar cada una de las acciones.
Durante el día, nos encargaremos de gestionar los recursos, construyendo y armando a nuestros soldados. De forma similar a como haríamos en juegos como Manor Lords, Anno 1800 o Banished. Recolectar madera y dinero serán nuestros primeros pasos al empezar una nueva campaña, bienes realmente importantes con los que construir nuestro imperio.
Tal y como comenzaríamos en Civilization, tendremos que elegir el punto donde construir el castillo, la base de las operaciones. El terreno también entra en juego, siendo, como es habitual, colocar nuestras construcciones en lo alto de colinas para favorecer nuestras defensas. Poco a poco nos iremos expandiendo, consiguiendo nuevos recursos para el reino y, así, que todo sea próspero.
Para ello, iremos adquiriendo las casillas adyacentes para expandirnos. Si habéis jugado al ya mencionado Civilization, veréis cómo no se distancia mucho de este: cada casilla tendrá unos recursos asociados y, conforme las vayamos consiguiendo, podremos construir en ellas las edificaciones necesarias para explotarlas. Pasaremos por comida, dinero, piedra o hierro, según avancemos en nuestro reino. Para dificultarlo todo, conforme avancemos los días y compremos casillas, los costes irán aumentando.
No serán de uso exclusivo para construir, sino que también nos servirán para ir desbloqueando mejoras en el árbol de habilidades, permitiéndonos optimizar y mejorar cuanto nos rodea. Una mecánica que encaja a la perfección con este tipo de juego, al incentivarnos a seguir para conseguir todas las mejoras, pero que, no obstante, puede llegar a ser algo escueto en este caso.
La felicidad de nuestros residentes influirá en la construcción de nuestro reino, porque mientras más felices sean, más rápido creceremos. Nada que una taberna junto a las casas no pueda arreglar, o, si no os gusta emborracharles (no tiene ninguna repercusión en lo que respecta al juego), también podréis colocar una iglesia para aumentar su felicidad.
Entre toda esta gestión deberemos tener en cuenta las inclemencias del clima y los cambios de estación. Será mejor que para invierno estén los almacenes llenos de comida, porque será más difícil conseguirla, mientras que en otras estaciones podrán haber tormentas eléctricas que destruyan los edificios o, incluso, las tropas.
Porque, así es, en Becastled también hay combate.La luna te persigue
La cálida luz del sol se apaga, dejando paso a la oscura noche. Todos nuestros aldeanos, nuestros solarianos, se refugiaran en la tranquilidad de sus casas y solo nos quedará el ejército que hayamos construido para defender nuestro reino. Entre unidades cuerpo a cuerpo y a distancia, llevaremos a cabo esta ardua tarea por la noche.
Aunque todo comenzará tranquilo en Becastled, la invasión de las fuerzas de la luna irá creciendo. Por suerte, aunque el punto de spawn cambie, en todo momento nos indicarán desde donde nos asaltarán. Gracias a eso podremos planificar dónde colocar las tropas, donde apostar a nuestros arqueros y, si lo hemos desbloqueado, colocar las armas de asedio en las torres para darnos un poco de apoyo.
Su poder de ataque irá creciendo a nuestro par, con lo que deberemos mantener un equilibrio constante para que no se descontrole. Ciertas noches, además, el cielo lo coronará una luna de sangre, haciendo que las fuerzas enemigas sean mayores y más difíciles. Así, se irán adaptando a nuestros avances, llegando a traer escaleras para superar nuestras murallas, arqueros para molestarnos a distancia o unidades de élite.
A lo largo del mapa encontraremos también torres enemigas, que podremos asaltar y, si las derrotamos, a la noche siguiente se unirá a las fuerzas de la luna un boss. Una vez acabemos con todas, habrá terminado el mapa. Habrá que estar bien armados, porque nos podrá invadir un dragón que quemará cuanto tenemos. La fauna salvaje también hará su aparición, encontrándonos con guaridas de lobos para complicar las cosas, aunque también podrán atacar a nuestros enemigos.
Esto acerca el city-building a algo parecido a Age of Empires o Spellforce, sin perder de vista que se trata de un tower defense, al recibir a los enemigos por oleadas, perdiendo un poco el elemento de RTS.
Mantener cada unidad de nuestro ejército costará una cantidad de dinero y comida suficiente para obligarnos a tener cuidado y no crearlas a lo loco, porque, de lo contrario, no seremos capaces de mantenerlo. Algo más desorbitado es el mantenimiento de las unidades que se colocan en las torres, siendo 100 monedas por cada una de ellas, que, además, no podremos mover una vez colocadas.
Aunque es una combinación muy interesante, que hace que las partidas no sean eternas, sino que tengamos un objetivo concreto (eliminar las fuerzas de la luna mediante las torres), es cierto que, al igual que el árbol de habilidades, se puede quedar algo corto. Hay poca variedad de unidades y de mejoras para ellas, al solo tener el hierro como un mineral superior.
Siguiendo las actualizaciones de los desarrolladores, contemplaron la posibilidad de incluir clases mágicas, pero la imagen que tenían de su juego era algo próximo al Señor de los Anillos, como la defensa de Minas Tirith, visionándolo como murallas llenas de arqueros y caballeros a la puerta, no dejando el peso recaer en una única unidad, que podría haber llegado a ser de introducir los magos.
Tampoco cuenta con un modo historia, justificándolo bajo el pretexto de no incluir una campaña en la que repetir lo mismo una y otra vez sin que sea interesante. Aunque puedan reconsiderarlo para una futura actualización, por el momento solo tenemos el tutorial como lo más cercano a un modo historia.
El arte de Becastled
Si os suenan juegos como Islanders o Crow Country, os sonará el estilo low-poly. Un estilo que, personalmente, me encanta, y es el que vais a encontrar en Becastled. Un estilo que no busca un fotorrealismo exagerado, sino que, visualmente, es agradable y encaja a la perfección para ayudarnos a la construcción y la defensa. Le da cierta personalidad a este juego, al usar también una paleta de colores algo cartoon.
La banda sonora, por su parte, acompaña cada momento, diferenciando claramente si nos encontramos durante el día o la noche. Una música más relajada, más calmada, para ir construyendo y crear nuestro ejército, mientras que por la noche buscará ser más épica, más fantasiosa, para esos combates que decidirán si nuestro reinado continua o no.
Que no os engañe el que sea un estudio indie, Becastled está muy bien pulido y apenas ha habido ningún bug ni ninguna bajada de fps que haya empañado la experiencia. Únicamente algún fallo en el movimiento de las unidades a distancia para subirse a las murallas o a las torres, pero nada más que interfiera en las partidas, siendo algo que seguro arreglan dentro de poco.
Conclusión: luz y oscuridad
Aunque Becastled no cuente con una historia o una campaña -y quizá esto le vendría bien, tomando de ejemplo juegos como El Señor de los Anillos: la batalla por la Tierra Media si es su inspiración-, en el momento actual en el que se encuentra permite disfrutar de una unión de géneros muy entretenida y que, siendo accesible en el inicio de la partida, la dificultad va escalando para que no sea un paseo.
Es sencillo de entender y nos permite vernos involucrados con nuestros solarianos para ayudarles a sobrevivir, por más que su árbol de descubrimiento sea cortito y el tipo de unidades sea escasa, porque, por ejemplo, no contamos con unidades a caballo.
No obstante, por lo que parece, están comprometidos para seguir mejorando el juego y hacer que Becastled siga mejorando para alcanzar todo el potencial de lo que esta unión puede conseguir. Y aunque hayan subido el precio para su salida oficial, merece la pena por lo que ofrece, pudiendo sentirnos como en Attack on Titan defendiendo los muros.
Teniendo un soporte para Steam Deck y para mando, Becastled estará disponible desde el 22 de octubre en Steam y a partir del 23 de octubre en Nintendo Switch, PlayStation y Xbox.
Este juego ha sido analizado en un ordenador de las siguientes características:- Sistema operativo: Windows 11
- Procesador: Intel(R) Core(TM) i5-12400F @ ~2.5GHz
- Memoria RAM: 32GB
- Disco duro: 1Tb
- Tarjeta gráfica: NVIDIA GeForce RTX 4060 Ti 8GB
Becastled
Con elementos de RTS, Becastled mezcla el city-building por el día, con el Tower Defense por la noche, sintiéndose un juego original y fresco, gracias también a su estilo low-poly.
Lo bueno
- La combinación de géneros lo hacen muy entretenido
- El estilo low-poly
Lo malo
- Poca variedad de unidades
- Árbol de investigación pequeño
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Jugabilidad
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Apartado artístico
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Apartado sonoro
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Rendimiento


