El universo de Expediente Warren es uno de los mejores, si no el mejor de los últimos años, en cuanto al género de terror se refiere. Así que, no podíamos dejar pasar la oportunidad de ver Expediente Warren: El último rito, la última película de la saga The Conjuring que llega a los cines el próximo 5 de septiembre.
La película está dirigida por el veterano de la franquicia Michael Chaves y producida por James Wan y Peter Safran, artífices de la misma. Así que sin más dilación, os cuento cómo vais a sufrir viéndola.
Aún recuerdo, hace ya más de doce años, cuando fui al cine a ver la primera película titulada Expediente Warren: The Conjuring. Me pasé la mayor parte del tiempo preguntando a mi hermana si podía mirar, mientras veía como el chico de al lado se escondía en el bolso de su novia. Aunque a decir verdad, lo que más miedo me han dado de estas películas siempre han sido los créditos, esos que nos muestran las investigaciones y pruebas que recopilaban los Warren durante sus casos. Y de ellos vamos a empezar hablando.
La familia Warren en la gran pantalla
Los papeles de Ed y Lorraine Warren no podrían entenderse sin sus protagonistas en el cine, Patrick Wilson y Vera Farmiga, dos intérpretes que han bordado sus papeles haciendo llegar a la gente la conexión y química que se desprendía en el matrimonio de demonólogos, al menos de cara a la galería porque la realidad era bien distinta. Pero eso es un tema que no viene a cuento, sólo os planto la semilla de la curiosidad.
Tras cuatro películas encarnando a los Warren, toca decirles adiós y por eso, una vez más han estado a la altura de las circunstancias en este caso que nos lleva hasta la residencia de la familia Smurl en Pensilvania. Todo ello aderezado con la propia historia de los Warren y su hija Judy.
Aunque lo que hemos echado de menos es que nuestros protagonistas tarden tanto entrar en acción porque no aparecen por la casa encantada hasta casi el tercio final de la película. Algo que se justifica para explicar la trama central del caso.
El último caso de Expediente Warren
La película está ambientada en el año 1986. Sin embargo, comienza con un salto al pasado, cuando Lorraine estaba embarazada de su hija Judy y en una de sus investigaciones toca un espejo que parece estar poseído y que se rompe tras su acción.
Como a esta pobre mujer no la dejaban ni descansar un momento, en el parto no iba a ser menos. Su sexto sentido le hacía percibir que algo malo le acechaba y cuando da a luz, Judy nace clínicamente muerta. Sin embargo, Lorraine la coge entre sus brazos y le pide a Dios que se la devuelva, la niña vuelve a la vida.
Años más tarde, concretamente en la época donde se ambienta la película, dicho espejo va a para a la casa de los Smurl. La familia de la que hablamos antes y a tenor de lo cual empiezan a experimentar toda clase de fenómenos como voces, ruidos, agresiones… Cualquier cosa que os podáis imaginar de un ente maligno.
Como no podía ser de otra manera, deciden buscar ayuda, pero por aquel entonces los Warren ya están retirados y no aceptan más casos. Aunque pasará algo que les haga tener que tomar medidas en el asunto y poner fin a lo que sea que esté acechando a los Smurl.
El arte está en crear tensión
Y es algo que la película consigue, pero no llega a estar a la altura de sus predecesoras, que para mí son las que más miedo dan, sobre todo las dos primeras y en concreto, la segunda. Valak siempre estará en mis peores pesadillas junto con la niña del Exorcista.
Michael Chaves nos muestra escenas angustiantes y violentas, pero que enseñan de más. Y es que, a veces, es mejor usar la sugestión que por el mismo susto de siempre.
Aún así, vais a pasar miedo con la puesta en escena, objetos y los sonidos propios de cintas de este calibre. Ni Annabelle se libra de aparecer.
El fin de la saga The Conjuring
Tras más de dos horas con el miedo metido en el cuerpo (dura 135 minutos), os puedo decir que tiene de todo, drama y terror en sus diferentes variantes, ese que insinúa y el que te enseña a los entes sobrenaturales de una manera demasiado explícita. Quizá hubiera estado mejor no enseñar tanto porque todo el mundo sabe que la imaginación es más poderosa que cualquier cosa y lo que te crees en tu mente puede asustarte mucho más de lo que ves.
Así que si os gusta la saga y no queréis perderos la última entrega llena de emotividad, cameos y guiños, no dejéis de visitar el cine para ver Expediente Warren: El último rito, que se estrena en los cines el 5 de septiembre.