SPIRITFARER – ANÁLISIS EN PC

Nuestro viaje empieza sobre la barca de Caronte navegando al que parece ser nuestro destino final. Sin embargo, antes de llegar a este, el barquero nos explicará el motivo real del viaje, que no es otro que simplemente estando cansado de tantos siglos de guiar almas hacia el mas allá, ha decidido que es hora de jubilarse y nos ha elegido a nosotros como sus sustitutos. Hará entrega de la luz guía a Stella y nuestro gato Daffodil se hará cargo de apropiarse de la suya también. Entonces nos encomendará hacernos con un barco para guiar a las almas hacia su vida en el mas allá y se irá.

 

Así es como comienza una aventura donde las almas que conozcamos nos harán saber un poco mas de nosotras mismas y de cual es nuestro papel en el inframundo, pues no hemos sido elegidas para esta misión por simple casualidad, todo tiene su significado y todo esta atado de antemano.

Spiritfarer es un juego que mezcla varios estilos en uno. Al principio pensaremos estar ante una aventura gráfica con tintes de plataformas, pero enseguida nos daremos cuenta de que se trata de un juego de gestión de nuestro barco, de cuidado de las almas, construcción de casas, cuidado de la granja, pesca y mucho más. Y es que no hay lugar para el aburrimiento en Spiritfarer, es más, es posible que lleguéis a agobiaros de la cantidad de cosas que tenéis que hacer en lo que parece un “cuento de la criada” pero con criaturas del más allá.

 

 

Caronte nos lo explicó al inicio del juego, deberemos de tener mucha paciencia para satisfacer las necesidades de las pobres almas que buscan redención, terminar tareas o simplemente encontrar el significado de su vida antes de poder partir al más allá. Y estas necesidades serán triviales como alimentarlos con determinados platos, o tener que perseguir a un antiguo amor por todo el mar.

 

Y es que la mitad del juego trata de navegar de un lado al otro del extenso mapa para encontrar a las almas descarriadas y hacer los recados que nos encarguen sus habitantes. Lo bueno, que todo el tiempo que pasemos en el barco, lo podremos dedicar a hacer todas las actividades que necesitemos para conseguir los objetivos, y no son pocas.

Lo primero que tendremos que hacer, será recoger recursos para construir edificios básicos en nuestro barco. Para ello iremos a las distintas islas, o rescataremos restos de barcos naufragados. Al principio sólo tendremos un tipo madera y cobre, pero según avancemos por la historia, descubriremos más tipos de materiales que desbloquearán nuevos tipos de edificio.

Una vez le cojamos el truco al farmeo, podremos empezar a darles mejores usos a lo que tenemos en el barco. Empezaremos plantando maíz, zanahorias o café y más tarde ya podremos plantar lino o rábanos.

 

Con ello podremos hacer distintos platos de comida, y si le sumamos lo que pesquemos directamente del mar o recolectemos en las islas, terminaremos siendo unos auténticos masterchefs para las delicias de nuestros pasajeros sobre todo. Y es que ni nosotros, ni gato necesitaremos comer ni recuperar energías en ningún momento, la luz guía nos protege y nos da energía infinita. Dormir por las noches será un mero trámite para acelerar el tiempo, que transcurre de manera continua emulando un día natural en el reino de los vivos. Podremos realizar cualquier tipo de actividad durante todo el transcurso de este a excepción de la noche profunda, donde el barco se parará y nuestros huéspedes dormirán. Nosotras podremos seguir pescando, o cortando madera o lo que queramos que no les molestaremos, de todos modos os recomendamos ir a dormir de vez en cuando, aunque sea solo por ver la animación.

Para la realización de cada una de las actividades, los desarrolladores han decidido que la mejor manera de mantenernos ocupados será con la realización de distintos minijuegos. Así, aunque al principio pescar será solo darle a un botón, después deberemos de tener en cuenta la resistencia del sedal. Al cortar troncos para obtener listones, deberemos manejar la sierra cuidadosamente. Mismamente para obtener lingotes de cualquier mineral, hacer hilo o tela. Algunos minijuegos serán más difíciles que otros, pero todos perfectamente accesibles.

Por otro lado, tendremos otra especie de minijuegos para la recogida de ciertos recursos o centellas ─el tipo de moneda usada en el juego─. Un ejemplo será la caza de medusas voladoras, la recogida de rayos en botellas o recorrer la espalda de un dragón para conseguir minerales. Estas actividades serán optativas y siempre ocurrirán durante los trayectos de una isla a otra y aparecerán marcadas en el mapa.

Como ya hemos comentado, Spiritfarer es una aventura marítima y pasaremos la mayor parte de nuestro tiempo navegando de un punto a otro del mapa, sin embargo, este tiempo no será tiempo perdido ya que nuestro barco navegara solo, guiado por nuestra luz, allá donde le marquemos, y mientras tanto podremos hacer cualquier actividad a bordo que deseemos. Los viajes tendrán distinta duración, dependiendo de lo lejos que esté cada destino. Además, si nos encontramos con algún evento o personaje o nos caemos al mar, el barco se detendrá para que podamos completarlo.

 

Al principio podremos movernos solo por determinadas partes del mapa y otras estarán bloqueadas por piedras o hielo que no podremos atravesar con nuestro barco. Para poder acceder a esas zonas, deberemos recurrir a Albert, el majo “cuenta chistes” del astillero, que podrá mejorar nuestra embarcación para hacerla más grande, más rápida y más poderosa. Será imprescindible pasar por caja y mejorar nuestra nave al máximo si queremos poder conseguir todas las almas perdidas, ya que como veremos a continuación, cada una necesitará de un hogar temporal durante su viaje.

En lo que dure el trayecto emocional y personal de cada alma para prepararse para su viaje al más allá, Stella deberá encargarse de que los huéspedes y pasajeros de su barco estén lo más a gusto y felices que puedan estar. Para ello, lo primero que construiremos será una habitación para huéspedes donde podrán descansar por las noches o guarecerse de la lluvia. Pero claro, rápidamente el barco se llenará de invitados y no es que estén dispuestos a vivir como en el camarote de los hermanos Marx y en seguida nos pedirán que les construyamos una casa para ellos solos.

Podríamos negarnos a sus deseos, pero ¿qué clase de guía de almas seríamos si no las ayudáramos a alcanzar su destino? Así que manos a la obra, recoger recursos, construir chalecito, colocar en el barco, decorar para que estén lo más a gusto posible y… ¡repámpanos, otra alma nos pide otra casa y no cabe! Es así como empezando con una embarcación pequeñita y modesta, acabaremos con una especie de Titanic de los muertos. Porque además, una vez el alma abandone este plano de existencia, su casa quedará en el barco para recordarnos que alguien estuvo en nuestra vida y se fue para siempre.

 

 

Porque cada alma que acojamos, aunque sean pedigüeñas y exquisitas, llenarán nuestro corazón durante el tiempo que compartamos y al marcharse definitivamente, dejarán ese hueco tanto en nosotras como en nuestro barco. 

Y hablando de pedigüeñas, preparaos para hacer todo tipo de recados ya que estas almas están llenas de cosas sin terminar y son demasiado frágiles para hacerlas ellas mismas, de modo que deberemos ayudarlas con todo lo que nos pidan, y a parte, alimentarlas todos los días y darles cariño en forma de abrazos para que no se desanimen.

No tengo recuerdos de ningún juego en el que dar abrazos fuera una mecánica o parte esencial del mismo y que siquiera pudiéramos darlos de manera voluntaria ─y no, agarrar a tus enemigos en el Fall Guys no me vale─. Y es que dar abrazos en Spiritfarer es una parte fundamental de su jugabilidad. Cuando recuperemos un alma, lo primero que deberemos hacer es abrazarles para tranquilizarlos y hacerles sentir seguros en el que va a ser su hogar temporal. Otras veces, según los acontecimientos que ocurran, necesitará otro abrazo para olvidar lo que les atormenta. Y en la mayoría de las veces acabaremos dándolos simplemente porque nos apetezca darlos.

 

Puede parecer una tontería, pero la inclusión de esta mecánica hace que le cojamos cariño más fácilmente a nuestros huéspedes y que llegada su hora, nos duela aún más despedirnos de ellos. Que ojo, no siempre estarán dispuestos a recibirlos y en caso de no apetecerles, nos contestarán que no, y no siempre de manera educada. Pero no es preocupéis queridos lectores, ya que Daffodil siempre estará dispuesto a recibir nuestro cariño. ¿Quién decía que los gatos eran ariscos?

Ser una guía de almas hacia el más allá no viene solo con la responsabilidad, si no también con poderes y habilidades únicas para poder realizar las tareas de la manera más eficaz posible. Y todo, gracias a nuestra luz. Cualquier actividad que deseemos realizar, hará que se materialice la herramienta correspondiente en nuestras manos. Así, pasar de pescar a plantar hortalizas, cortar un árbol o tocar la guitarra para que las plantas crezcan mejor solo necesitará que apretemos un botón y nuestra bola de luz ya sabrá automáticamente qué hacer. ¡Ah! Y aunque se rompan ─como en el caso de la caña al fallar la pesca─ ¡Enseguida dispondremos de una nueva! Ya podrían aprender muchos juegos del estilo de Spiritfarer, nada de inventarios liosos, cambios de herramientas con botones o combinaciones de estos y andar reparando o construyendo nuevas, una luz para unirlas a todas y atarlas… A nuestras manos.

 

Por otro lado, tendremos habilidades desbloqueables, y es que, para acceder a todas las zonas de cada isla deberemos ir aprendiendo a hacer saltos dobles, planear, botar sobre sombrillas o tiranos por tirolinas. Para poder conseguir estas habilidades, deberemos descubrir una especie de templos donde hacer una ofrenda y así conseguir ese nuevo poder. La ofrenda será en forma de Óbolos, la moneda que toda alma debe pagar al barquero para que guíe su alma. Por tanto, no podremos desbloquear todo nuestro potencial si no hacemos bien nuestro trabajo y encontramos “clientes” para el más allá.

Dispondremos en nuestro camarote de capitana de barco un mapa de navegación que guiará a nuestra nave a donde deseemos. El mapa se irá desbloqueando según vayamos navegando y conociendo nuevos destinos. En él aparecerán todos los peligros, tormentas, medusas, dragones y zonas de recursos y su disponibilidad. Nos encontramos ante un mapa muy amplio que no tiene nada que envidiar a otros títulos y es que nos encontramos ante un juego que promete ¡más de 30 horas de duración!

El mar está lleno de almas perdidas, aunque no todas están listas para partir, algunas llevan bastante bien su vida en esta especie de limbo y han formado empresas, asociaciones, negocios o grupos de rol. Todas visten de la misma manera y no hay manera de distinguir su esencia, solo podremos ver que tienen distintas alturas o complexión. Aquellas que estén listas para partir se diferenciarán de las otras por el color de sus túnicas, pero solo podremos ver su verdadera forma una vez que suban a nuestro barco y ésta se presentará siempre en forma de animal.

 

Os recomendamos fervientemente hablar con todas las almas que encontréis, cada una tiene su personalidad diferenciadora. Las hay solitarias, charlatanas, amigables, paranoicas, graciosas, frikis… Como en la vida real, os podéis encontrar con lo que sea. ¡Ah!¡Y sed respetuosos! Si un alma os dice que no la sigáis, sed educados y no lo hagáis. O hacedlo y ved que pasa…

Nos sumergimos ya con la parte técnica del juego. ¿Qué tal es el control del Spiritfarer? Pues sinceramente, exquisito y sencillo al mismo tiempo. Las acciones se hacen apretando un simple botón, de manera muy intuitiva ─aunque al principio reconozco que me costó hacerme a saltar con la Cruz/A y aceptar con el Cuadrado/X─.

El movimiento de Stella es muy agradable y terminaremos correteando y saltando cual monos en una arboleda y siempre acompañados por Daffodil allá donde vayamos. No tenemos ninguna pega que ponerle al control más allá que no exista la posibilidad de andar tranquilamente. Se ve que un alma joven como Stella no puede ir a ritmo normal por la “no-vida”

 

Como casi siempre, al haber probado la versión para PC, podemos traeros las impresiones de que tal es el control con teclado y ratón y la verdad que son bastante positivas. Nos moveremos con las flechas de dirección o el típico WASD y las teclas para aceptar, cancelar, inventario y tal estarán siempre al alcance de una sola mano. El ratón lo podremos usar para movernos por los menús y las opciones de cocina, etc, aunque estando con las teclas en la mano, casi seguro que acabáis olvidándoos de él. De todos modos, como casi siempre, os recomendamos el uso de un mando compatible para una jugabilidad más cómoda y sencilla.

Sí, estáis leyendo bien, Spiritfarer tiene cooperativo local y es ¡simplemente genial! Podremos jugar con otra persona en una misma pantalla compartida y cada una manejará un personaje, ya sea Stella o Daffodil, y ojo al dato, que Daffodil ¡puede hacer lo mismo que Stella! Si nunca habéis visto un gato sacando comida del horno, pescando o regando un huerto, ¡es vuestra oportunidad!

 

 

A parte de la gracia de ver a un gato tocando la guitarra o hilando fino, el cooperativo es algo que, si bien pudieras pensar que es un añadido sin más, le da otra dimensión completamente distinta al juego. Lo que antes era una carrera contra el reloj para tener las tareas hechas, coger todos los rayos o capturar todas las medusas, con un compañero al lado se convierte en una tarea sumamente sencilla y divertida de compartir. Mientras una cocina, la otra puede estar regando el terreno, o una alimentar a los huéspedes y la otra repartir abrazos, pescar y cortar madera a la vez… Y es que, aunque no tengamos pantalla partida y la solución de los desarrolladores haya sido simplemente alejar el tiro de cámara, podremos tener distintos menús abiertos a la vez. Así, mientras una elige el plato a cocinar, la otra puede estar leyendo el correo o plantando nabos sin molestarse mutuamente.

 

Nos parece una de las mejores inclusiones que podría tener un juego de este tipo ya que eleva a la potencia la diversión del juego. Lamentamos que no se pueda jugar online ─en consolas─ y sea necesario que haya otra persona con nosotros para poder hacerlo. Sin embargo, en Steam y gracias a la “reciente” inclusión del modo Remote Play Together, podremos jugar con cualquier amigo esté donde esté del planeta compartiendo nuestra partida y jugando localmente a través de Internet.

Nos encontramos ante un juego en 2D con planos en paralaje para conseguir el efecto 3D, pero todo está constituido por dibujo tradicional. De los creadores de Jotun no podríamos esperar menor calidad, y es que el dibujo y las animaciones son excelentes. El nivel de detalle es increíble y jugar en resoluciones altas es un auténtico lujo. El cuidado del detalle es máximo, por ejemplo, nuestros personajes se pondrán a jugar con su luz si no hacemos nada, o Daffodil se subirá sobre ella cuando vayamos por el agua para no mojarse… Un diez, no hay más.

Para un juego de este tipo, no podríamos esperar una música mejor elegida. Unos ritmos suaves y animados, distintos dependiendo de los eventos que se dan en pantalla… Y sobre todo nada aburridos. Es música completamente original, pero hemos tenido la sensación de conocer algunos de los temas, ¿quizás el género se está quedando sin ideas?

 

En cuanto a los sonidos ambiente, de los personajes, almas y efectos no podemos poner ninguna queja. El sonido de cortar madera, picar roca, la lluvia, los rayos o los ronquidos de los huéspedes son impecables.

Spiritfarer es un título único dentro de su estilo, si es que pudiéramos incluirlo dentro de uno que no sea simplemente “indie”, ya que abarca tantos campos que se mecería su propia sección. Nos ha sorprendido gratamente su diseño y jugabilidad, ya que para ser el típico juego de hacer de recadera/criada, en ningún momento sentimos que sea inútil lo que estemos haciendo y siempre nos mantendremos ocupadas con cualquiera tarea, pero sin tener la sensación de tener que farmear materiales como locos para poder seguir avanzando. Se siente muy natural y bien integrado en la historia.

Para ser un juego de este estilo, promete una duración muy alta y no tenemos dudas de que al final se hará un poco repetitivo, sin embargo, la manera de incluir las nuevas mecánicas/habilidades a lo largo de la historia y la manera de manejar el tiempo, hará que las 10 o 15 primeras horas se nos pasen volando, y para entonces, ya estaremos tan enganchadas que no podremos mas que seguir adelante.

En definitiva, Spiritfarer es un juego que recomendamos encarecidamente para los que les gusta el género o si nunca habéis jugado a nada parecido, no tengáis dudas en darle una oportunidad ya que no os arrepentiréis de echarle unas cuantas horas.

 

 

– Un dibujo y animación excelentes.
– Sencillo y accesible.
– Cooperativo local muy bien integrado.

– Al parecer hay algunos bugs que impiden la progresión del juego. No nos hemos topado con ninguno pero los desarrolladores ya están trabajado en solucionarlos.