Hoy os traemos el análisis de Clid the Snail para PS4 , el exitoso debut del estudio madrileño Weird Beluga. En 2019 se alzó con el premio al mejor juego y al mejor arte en Playstation Talents. Y, desde entonces, ha ido adquiriendo una importante fama y repercusión.
Nosotras habíamos realizado ya un pequeño avance de lo que podemos descubrir en Clid the Snail. Hoy, sin duda, vamos a desmenuzarlo y descubrir en profundidad este enigmático y original título de la desarrolladora madrileña.
¿Te vienes?
Clid y Belu
En nuestro avance, os comentábamos cómo había nacido la idea de Clid, un caracol armado hasta los dientes, que deambulaba por un enigmático mundo friendo a malvadas babosas con la bláster.
Pues bien, nosotros nos meteremos la piel de Clid, ese caracol con formas antropomórficas y con un peculiar carácter. Pero ojo, que no estamos solos, Belu nos acompañará en todo momento. Belu, risueña y agradable libélula, contrastará con el carácter de Clid, mucho más sombrío e incluso, con malos humos. Esta dualidad, le otorgará un matiz interesante a la partida, con tintes más cómicos, haciendo que nos metamos aún más en el papel y el tiempo se nos pase volando.
El mundo de Clid se ambienta en futuro -nada alentador si me lo permitís- en el que los seres más diminutos han tenido que sobrevivir y adaptarse a las circunstancias. Los humanos, extintos ya, son venerados por todos y apodados como los «gigantes«. Los recursos no alcanzan para todos y las especies que habitan en este distópico y lúgubre mundo, se ven obligadas a pelearse por lo poco que queda. Y el resto de estos seres de lo más peculiar, suelen habitar y sobrevivir en ciudadelas. Ciudadelas con unas normas y leyes muy peculiares que para nada encajan con Clid.
En medio de todo este trajín de saqueo de recursos, las babosas resurgen para expandir su territorio -llevándose consigo cuanto puedan hacer acopio-. Y Clid, el único que ha decidido plantarles cara, resulta expulsado de la ciudadela donde vivía.
Y así comienza nuestro viaje, expulsados de la Ciudadela de los Caracoles, acompañados por Belu y encaminándonos hacia la Ciudadela de los Saltamontes. Muchos son los peligros y misterios que nos aguardan en el camino. Weird Beluga ha sabido construir un mundo totalmente nuevo, con ese carácter enigmático y misterioso, en medio de un futuro distópico sombrío con tintes lúgubres. Rápidamente captará nuestra atención y querremos descubrir todos los entresijos y misterios que nos aguardan.
Jugabilidad
Este apartado es uno de los más interesantes del juego. Si bien es cierto que el apartado narrativo está muy bien hilado -y nos captará desde el minuto cero-, la jugabilidad también hará las delicias de cualquier jugador. Si bien es cierto, cuando habíamos probado la beta para PC en el avance, los controles respecto a la PS4 cambian un poquito en la manera de jugar. La implementación de los controles, en ambos casos, resulta excelente. Si venimos de los controles en PC, nos llevará tan sólo un minuto hacernos a los cambios respecto al mando en la PS4. Y, por si fuera poco, rápidamente nos haremos a ellos. La manera en la que está llevado a cabo este aspecto resulta, cuanto poco, muy intuitivo. Rápidamente nos sentiremos muy cómodos tanto explorando como en medio de alguna trifulca que solucionaremos con la bláster.
La perspectiva isométrica, por su parte, le sienta muy bien al título. Y hace que, además de ser visualmente muy atractiva, haga que el título respire vida por los cuatro costados.
Como mecánicas, nos encontramos sobre todo con la exploración y la resolución de puzzles, con alguna dosis de backtracking, que le darán un toque de frescura al juego. En ningún momento llegaremos a sentirnos cansados por la repetición o tediosidad en cómo están resueltas estas mecánicas del título. Es más, se nos hará muy cortito, pues Clid the Snail apenas nos llegará a las 8 horas de juego -poniendo que nos guste explorar todo con mucho cuidado-. Y, aunque se nos quede cortito, ya sabéis lo que dice el dicho: «lo bueno si breve, dos veces bueno».
Pero vayamos al punto fuerte, al combate. Clid, por su parte, desempeñará movimientos bastante fluidos, pudiendo correr, hacer la rueda y esquivar fuego enemigo. Desde luego que estamos ante acciones muy básicas pero, tal como están implementados los controles, nos resultará sencillo manejar a Clid a la par que adictivo.
Un punto muy interesante es el uso de diferentes armas. Desde la bláster -que tendremos al principio y con munición ilimitada-, podremos ir consiguiendo diferentes armas y municiones, además de granadas varias. Todo un placer para la vista.
También podremos curarnos -el uso de botiquines es algo que será, sobre todo y a medida que nos acerquemos a los minutos finales del juego, muy necesario-, y conseguir aumentar nuestra barra de salud. Ésto último será sumamente importante, sobre todo para afrontar la parte final del título.
Y esto nos lleva al tema de la dificultad. No tendremos un selector de dificultad, pero, no obstante, los controles, los diferentes enemigos y las pruebas que nos encontremos, harán que tengamos que desarrollar nuestra pericia al mando de la PS4. Podremos combinar la resistencia de Clid corriendo, efectuar una rodada, combinar armas o sencillamente ir disparando mientras intentamos buscar un lugar más seguro. Todo ellos serán recursos a nuestra disposición para superar los diferentes enemigos con los que nos tropecemos. Si a todo ello le sumamos el selector de arma -sí, tendremos hasta un lanzallamas-, podremos ir superando todos y cada uno de los desafíos. Sin embargo, es probable que en alguna ocasión no logremos superar alguna fase de la partida. Para este caso, tendremos puntos de control estratégicamente ubicados, a modo de dientes de león -donde también podremos recuperar algo de vida-. Por mi parte, no echo en falta el selector de dificultad. Tampoco encontraremos puntos en los que se nos haga un poquito de bola el asunto, pero sí está muy bien implementada.
Un viaje para nuestros sentidos
Si bien es cierto que el mundo de Clid y Belu se siente sombrío, amenazante y lúgubre, también nos resultara precioso a partes iguales. Los personajes, cuidados con mucho mimo, y cada uno de los escenarios con los que nos encontremos, tendrán su halo de misterio, ofreciéndonos muchas perspectivas de un mismo lugar. La experiencia, como jugador, resulta inigualable en este sentido.
La perspectiva isométrica es uno de los aspectos, quizás, más interesantes a mi juicio. Junto con el apartado narrativo, visualmente logrará esa inmersión completamente por nuestra parte.
Cada uno de nuestros enemigos tendrá unas características propias -pudiendo hacernos sudar un poquito-, lo que se nota el gran cuidado y trabajo que hay detrás de este título.
Otro de los aspectos que pondrán el broche de oro a esta grata experiencia, es la banda sonora. El sonido y la música harán que nos terminemos de sumergir por completo en Clid the Snail. Habrá contrastes, desde luego, pero muy adecuados a cada parte del juego. Descubriremos hilos de música instrumental -sobre todo usando esos acordes menores-, buscando potenciar todas esas sensaciones visuales oscuras del mundo de Clid y Belu. Pero también, disfrutaremos de otras pistas con tintes más rockeros, según el escenario. Un pequeño detalle muy interesante.
Con todo ello, tendremos una banda sonora instrumental muy a la altura de este título y, además, uno de sus aspectos más reseñables.
Los personajes, por su parte, hablan en una especie de idioma «particular» -muy parecido al Biomutant-. Sin embargo, tendremos subtítulos en todo momento para no perder detalle.
Clid the Snail está totalmente en castellano.
Conclusión
Clid the Snail es un título original lleno de frescura. Respira personalidad por los cuatro costados, ofreciéndonos una grata experiencia en muchos aspectos. El apartado gráfico y sonoro resultará de lo más idóneo, haciendo que sea una delicia sumergirnos por los diferentes escenarios explorando todos sus entresijos.
Hay ciertos tintes y aspectos del juego que nos pueden recordar a otros títulos -véase aquí el tan polémico Biomutant-. La ambientación en un futuro distópico, con personajes con formas antropomórficas y un «lenguaje» particular, me recordó mucho al título de Experiment 101. No obstante, Clid the Snail huye de las mecánicas y los colores sobresaturados de Biomutant y nos muestra la otra cara de la moneda: un futuro desolador, vacío y lúgubre, pero precioso para nuestros ojos.
Clid The Snail ya está disponible en PS4 en formato digital y más adelante llegará para PC.
Lo mejor
– La historia
– Los escenarios
– El apartado gráfico
Lo peor
– La dificultad
– Los controles