¿Por qué hablar de los villanos míticos de los videojuegos? Hay un dicho que asegura que todos somos el villano en la historia de alguien; y de eso trata este artículo. En las historias de los videojuegos también hay villanos, algunos más carismáticos y otros no tanto.
Vamos a recorrer un poco de historia y recordar esos malos, super malos, causantes de nuestras aventuras en videojuegos.
Muchas veces, estos villanos no vienen acompañados por su héroe correspondiente, sino que están integrados dentro del grupo de villanos protagonista o bien son los antagonistas del juego en el que el protagonista, es un antihéroe; aunque también puede darse el caso de que el villano sea el propio protagonista del juego que tenemos entre manos.
Aun así, la forma no importa cuando se trata de los malos malísimos de nuestro querido medio, que nos ha dejado personajes memorables que han pasado a la historia.
Tú a Saturno y yo a Marte
Un clásico entre clásicos. Los seres que no proceden de nuestro planeta han sido, casi desde los inicios de la narrativa humana, uno de los malos favoritos de nuestras películas –Independence Day (1996)– y novelas –La Guerra de los Mundos (1898)–.
Esta opción es –quizá– una de las más polivalentes; porque permite a la gente encargada de diseñar a los enemigos tiene una libertad absoluta y total, no está delimitada por ninguna línea roja y es un auténtico campo de pruebas en el que los responsables del departamento creativo dejan correr su imaginación para traer a nuestras pantallas criaturas de todos los tamaños, formas y colores posibles.
Para responder a la pregunta de por qué son villanos míticos solo tenemos que recurrir a algunas de sus apariciones en cualquier momento de la vida de nuestra industria.
Desde este momento, los aliens son enemigos recurrentes en nuestro medio |
Corría el año 1978, y los salones de arcade hervían con cientos de jóvenes dispuestos a gastarse los últimos centavos de la merienda en conseguir una partida más para seguir disfrutando de las emocionantes pantallas que ofrecían aquellas maquinitas de colores tan brillantes. Una de esas máquinas alargadas era la de Space Invaders (1978), un juego que marca la primera aparición de los alienígenas en los videojuegos.
Halo ha expandido su colección de alienígenas con el paso de los años |
Desde esas simples y prototípicas masas de píxeles que debíamos destruir para ganar la partida hemos pasado por todo tipo de criaturas extrañas y ajenas al reino terrestre. La evolución de la tecnología también permitió que la inclusión de estos enemigos en los videojuegos adoptara una variante que –desde luego– es pertida solo para quien la observa desde la barrera o quien disfruta –incomprensiblemente– de los sustos y del miedo. El terror y el pánico que estas criaturas nos inducen vienen en múltiples tamaños y formas, desde figuras como la del escabroso Sinistar en el título homónimo (1983) hasta los xenomorfos de Alien: Isolation (2014).
Su tendencia a formar parte del elenco de villanos de los videojuegos no ha disminuido en los últimos años, con juegos como Monster Hunter Rise (con fecha de salida en marzo de 2021) o la resurrección de la saga de Mass Effect a través de su Legendary Edition (prevista para mayo de 2021). Incluyendo también la inolvidable saga de Halo (Halo: Infinite está previsto para otoño de 2021), éstas son solo una pequeña muestra de que las apariciones de los seres extraterrestres tienen cuerda para rato.
Howdy, cowpoke
El oficio de Rockstar es largamente conocido en la industria del videojuego, abanderados de unos productos cuya calidad les precede y habla en su nombre.
Precisamente, una de las bases sobre las que se asienta esa calidad es su storytelling, la habilidad con la que los guionistas de la compañía trabajan para crear historias y personajes que dejan una marca en los receptores de sus juegos.
En algunos, la construcción del villano es simplemente la contrapartida negativa o malvada del héroe, pero este cliché ha quedado atrás hace mucho tiempo. Ahora los villanos son verdaderamente seres humanos, con los que el jugador puede empatizar e –incluso– abrigar algún sentimiento positivo. La galería de villanos de Rockstar tiene personajes muy variopintos, pero –sin duda– el que quizá se lleva la palma es Micah Bell.
Micah Bell es el mejor villano reciente más querido |
Qué decir que no se haya dicho ya del vaquero de melena rubia y bigote de época. Su desarrollo como personaje es quizá uno de los mejores que jamás ha conocido la industria, fluctuando entre el lado bueno y el lado malo de la historia según el punto de vista que se adopte para interpretar los hechos de Red Dead Redemption II (2018).
Su pertenencia a la banda de Dutch van der Linde es motivo más que suficiente para que los jugadores confíen en Micah desde el principio; pero el propio personaje, a través de sus actos y sus palabras, es el encargado de destruir esa confianza.
Los compases finales del título revelan la verdadera cara del pistolero: un superviviente al que no le importa sacrificar a cualquier persona con tal de asegurar su propia vida, carente de cualquier empatía o emoción humana positiva.
Es el villano de villanos, y mucho tendrán que trabajar los guionistas del futuro para superar la obra maestra que es Micah Bell.
Trabajamos en las sombras para servir a la luz
Aunque esta frase parezca estar anclada en lo más hondo de la tradición del gremio de los electricistas, nada más lejos de la realidad. Forma parte de una de las conversaciones más impactantes que jamás se han pronunciado en la época reciente de la historia de los videojuegos.
Antes, cuando las críticas a Ubisoft eran una rara avis en nuestro medio y la saga Assassin’s Creed proporcionaba algo más que acción a raudales sin conocimiento ninguno, los videojuegos protagonizados por una de las organizaciones secretas más famosas de la Historia estaban hilados por una trama que atrapaba a los jugadores y era objeto de debate en foros y en corrillos de videojue(r)guistas por su correspondencia con eventos y personajes históricos reales.
La saga de Asesinos ha ido ampliándose cada vez con más frecuencia |
De esa era ya tan lejana para algunos es Assassin’s Creed (2007). El título que abre una lista de juegos que se extiende hasta nuestros días fue en su momento el paradigma del buen desarrollo de videojuegos. Lo tenía todo y arrasó en las tiendas. Uno de los aspectos que hacía único a los primeros Assassin’s Creed era –sin duda– los personajes.
Cada uno encerraba un carisma particular que le hacía destacar por encima de los demás, y aquello era una auténtica carrera de personalidades para comprobar cuál era la más exhuberante, la más siniestra o la más cercana con el protagonista (y con el jugador).
Una de las experiencias más dolorosas para el ser humano es sentirse traicionado, saber que la persona en la que depositaste toda tu confianza en realidad no la merecía. Y si esa persona es una figura paterna y tu mentor durante más de dos décadas, la tragedia emocional es abrumadora.
Maestro y alumno charlan en el castillo sirio de Masyaf |
Esas sensaciones debieron recorrer la mente de Altaïr cuando su mentor Al Mualim –líder de la Orden de los Asesinos– reveló su verdadera naturaleza: el supuesto mentor Asesino era en realidad un templario enloquecido por el malévolo influjo del Fruto del Edén. La lucha contra Al Mualim es una pelea física y mental: ambos pelean con la espada para defender ideas diferentes acerca del código de la Orden de los Asesinos y la forma en la que este debe ser interpretado y puesto en práctica en la vida diaria.
Este giro de guion inesperado para casi todos los jugadores esconde quizá uno de los villanos más míticos de todos los tiempos por la capacidad que tenía para mimetizarse con su entorno y por su personalidad ambiciosa y cruelmente pragmática.
Descuento para veteranos
Todos estos ejemplos son solo una pequeña muestra de la extensa galería de villanos que nuestro medio ha hecho desfilar durante todos estos años a lo largo de muchas plataformas. Sin embargo, ninguno de estos villanos podría estar aquí de no ser por un grupo de elegidos, esos villanos míticos de los que siempre hablamos cuando pensamos en los más malos de los videojuegos.
La tríada de villanos más mítica de los años noventa |
Los orígenes de algunos se remontan hasta casi la época primitiva de nuestro medio –como Bowser (1985)– mientras que otros son más recientes, pero han dejado una marca igual de poderosa en todas las personas que jugamos a videojuegos, los disfrutamos y forman parte de nuestra vida de una forma o de otra.
A pesar de todo, a los videojuegos les queda cuerda para rato; y seguramente todas las personas encargadas del guion y del diseño de personajes se dejarán la piel para traernos nuevos villanos que, con el tiempo, se convertirán en villanos míticos de las generaciones venideras.