Hoy os traemos el análisis de Hell Is Us para Xbox Series X, la nueva aventura de Rogue Factor junto con Nacon. Un juego que promete devolvernos a la esencia de los juegos de aventura, esos en los que no necesitábamos un GPS mágico ni una flechita luminosa apuntando al camino correcto.
Aquí, como en los recreativos de los 90, toca usar la cabeza, los instintos y un poquito de papel y boli si no quieres perderte.
Un mundo en guerra (y algo más raro todavía)
La historia nos transporta a Hadea, un país ficticio aislado casi por completo del resto del mundo. No entra nadie, no sale nadie (ni Amazon Prime se atrevería a entregar aquí un paquete). Lo poco que sabemos es que el país vive una guerra civil devastadora, y que en medio de la violencia y el caos, algo mucho más extraño ha comenzado a suceder: la aparición de criaturas imposibles, los llamados Caminantes Huecos y las Neblinas.
Encarnamos a Rémi, un hombre que huyó de niño de Hadea gracias a sus padres y que ahora regresa en busca de respuestas sobre su pasado. ¿Quién fue su familia? ¿Por qué lo sacaron del país? ¿Qué significa ese medallón que le dejaron antes de marcharse? Como si fuera un hijo perdido de Metal Gear Solid y The Witcher, nuestro protagonista se mete de lleno en un conflicto que mezcla la crudeza de la guerra con un fenómeno sobrenatural conocido como La Calamidad.
Lo más interesante es que estas criaturas no son “monstruos porque sí”. Los Caminantes Huecos son réplicas deformes de personas marcadas por emociones intensas, mientras que las Neblinas son manifestaciones etéreas de esas emociones. Básicamente, Hell is Us convierte los traumas en enemigos físicos. No luchas contra soldados ni terroristas, sino contra la ira, el duelo, el miedo y el éxtasis. Tus demonios interiores son ahora tu peor amenaza.
Rémi contra su propio reflejo
Uno de los puntos fuertes del juego es cómo entrelaza la historia personal de Rémi con la situación política y bélica de Hadea. La trama no se limita a un “vuelvo a casa y mato bichos raros”: hay un trasfondo profundamente humano, con temas como la pérdida, la memoria y la identidad.
El paralelismo con conflictos reales (Ruanda, Sierra Leona, Yugoslavia en los años 90) no es casualidad. Jonathan Jacques-Belletête, director creativo, quiso reflejar la barbarie humana sin recurrir a un país real. Así, Hadea sirve como escenario ficticio para hablar de algo universal: la capacidad de la humanidad para destruirse a sí misma.
El viaje de Rémi no es lineal. Descubrirás poco a poco fragmentos de información (datum) que se almacenan en una tablet estilo PalmPilot (sí, un guiño retro para los que aún recordamos esos cacharros). Estos datos no solo sirven para orientarte, sino que te ayudan a reconstruir su historia personal y la de su familia. Y aunque el guion podría haberse limitado al drama bélico, Hell is Us consigue dar un giro de tuerca al poner las emociones humanas en el centro del conflicto.
Adiós a la flechita milagrosa
Uno de los pilares fundamentales del juego es el concepto de “player-plattering”. Básicamente, significa que no hay marcadores de misión ni brújulas mágicas que te lleven de la mano. Nada de seguir un iconito amarillo como si fueras repartidor de Glovo en GTA.
Aquí toca escuchar los diálogos, observar el entorno y recordar pistas. Si un personaje te dice “al norte, más allá del río y cerca de una estatua rota”, deberás fijarte en el paisaje y explorar, no esperar a que el HUD te diga “anda 300 metros hasta aquí”. Esto aporta una sensación de descubrimiento real y, de paso, te hace sentir más listo (aunque alguna vez acabes dando vueltas como en el laberinto de Sonic 2).
El sonido también juega un papel clave. No todo son pistas visuales: algunos ruidos del entorno sirven para guiarte o advertirte de peligros. Si te pones música de reguetón mientras juegas, perderás parte de la experiencia, porque escuchar es tan importante como mirar.
Exploración y combate al 50%
El juego se divide en exploración (50%) y combate (50%), y aunque de lejos puede recordar a un soulslike, Hell is Us propone algo bastante más accesible. El combate es exigente, pero no penalizante. Sí, hay barra de resistencia, esquivas rodando y enemigos que no perdonan, pero el juego evita caer en la frustración.
La gran novedad es el Pulso Límbico, un poder que te permite curarte durante la pelea, pero solo si consigues encadenar ataques sin recibir daño. Una mecánica que obliga a ser agresivo y técnico, no a abusar de botiquines como en un Resident Evil clásico.
Hay cuatro tipos de armas principales:
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Hachas gemelas, rápidas y letales a corta distancia.
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Espadas a una mano, el equilibrio perfecto.
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Espadas a dos manos, lentas pero demoledoras.
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Lanzas, ideales para mantener distancia y controlar grupos.
Todas se pueden mejorar e imbuir con poderes especiales, como daño en área, aturdimientos o invisibilidad. Y cada una cambia el ritmo del combate, obligándote a adaptarte según la situación.
El combate y la exploración se enriquecen con KAPI, un dron que acompaña a Rémi. Este simpático robot puede distraer enemigos, iluminar zonas oscuras, traducir inscripciones antiguas o incluso lanzarte por los aires para un ataque aéreo. Es como si Navi de Zelda se hubiera fusionado con R2-D2 y le hubieran quitado lo pesado.
Exploración y diseño de niveles
Explorar Hadea es la mitad de la experiencia. El mapa no es un mundo abierto al uso, sino una serie de zonas interconectadas que recuerdan más a la filosofía de Metroid Prime o los primeros Tomb Raider. Aquí no importa tanto marcarlo todo en un mapa, sino descubrir rutas, secretos y mazmorras ocultas.
Las mazmorras son uno de los grandes atractivos. Cada una tiene su propia atmósfera, retos y rompecabezas, culminando en un jefe final que desvela parte del misterio del país. No se trata de simples arenas de combate, sino de lugares con un fuerte componente narrativo.
Además, para quienes disfrutan explorando al 100%, hay contenido secundario y secretos opcionales que sí exigen tomar notas o recordar detalles. Este diseño recuerda mucho a cuando jugábamos a Zelda: Majora’s Mask y tenías que fijarte en qué hacía cada personaje en diferentes momentos del día.
Arte y ambientación: emociones hechas monstruo
Uno de los apartados más impactantes es el diseño artístico. Las criaturas de la Calamidad parecen esculturas rotas que cobraron vida. Los Caminantes Huecos son humanoides pálidos y deformes, conectados a las Neblinas por un cordón umbilical emocional.
El equipo creativo se basó en la rueda de emociones de Robert Plutchik para elegir las cuatro más intensas: duelo, terror, éxtasis e ira. Cada criatura refleja visualmente esos sentimientos, lo que da al juego un tono abstracto y perturbador que lo diferencia de cualquier otro título del género.
La ambientación de Hadea mezcla escenarios bélicos realistas con lugares cargados de simbolismo. Ruinas modernas se entrelazan con monumentos que parecen llorar emociones humanas, creando un paisaje a medio camino entre lo real y lo onírico. Es como si la guerra civil se hubiera mezclado con un cuadro de Goya y un videoclip de Nine Inch Nails.
Música y sonido: escuchar es sobrevivir
El audio en Hell is Us merece un apartado propio. La banda sonora, compuesta por Stéphane Primeau, busca un equilibrio entre lo atmosférico y lo inquietante. No hay melodías épicas constantes: la música aparece en momentos clave para subrayar la tensión o la revelación.
Más importante aún es el diseño sonoro. Cada criatura emite ruidos característicos que te ayudan a anticipar su comportamiento. El viento, los ecos y los sonidos ambientales funcionan como pistas. De hecho, hay situaciones en las que cerrar los ojos y escuchar con auriculares te da más información que mirar la pantalla.
El juego incluso usa el audio como parte del player-plattering: a veces, un ruido lejano será la única guía hacia tu objetivo. Y sí, esto significa que si juegas con el altavoz de la tele mientras tu vecino taladra la pared, la experiencia se resiente.
Mención aparte merece su estupendo doblaje en inglés y su traducción integra al castellano tanto en diálogos como en los menús del juego. El trabajo de localización al castellano es bastante notable y de mucha calidad a pesar de la dificultad de algunos de los textos con versos y rimas que vas a encontrar durante el juego.
Apartado técnico en Xbox Series X
En Xbox Series X, Hell is Us se mueve con gran fluidez, sin caídas graves en la tasa de frames. El HDR10+ Gaming resalta especialmente en las escenas nocturnas y en los efectos de las Neblinas, donde los contrastes de luz hacen que la pantalla parezca un cuadro viviente.
El único detalle negativo es un bug menor en la escena final, donde Rémi puede aparecer en baja resolución. Nada grave y seguro que se soluciona con un parche en momento de su salida.
Apartado técnico en PC
En PC, Hell is Us está bien optimizado y sorprendentemente ligero para lo que ofrece.
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Requisitos mínimos: i7-7700K / Ryzen 3 3300X, 16 GB de RAM y una GTX 1070.
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Recomendados: i7-11700K / Ryzen 5 7600, 16 GB de RAM y una RTX 2080 Ti o Radeon RX 6750 XT.
El juego ocupa 30 GB en disco (se recomienda SSD) y cuenta con FSR 4 en gráficas AMD Radeon RX serie 9000, además de compatibilidad con FSR 3 para generaciones anteriores. También soporta GeForce NOW, lo que significa que podrás jugarlo en casi cualquier dispositivo moderno si tienes buena conexión.
La calidad visual en PC es espectacular con HDR10+ Gaming: la calibración automática escena a escena logra que cada rincón de Hadea se vea diferente, reforzando la atmósfera.
Conclusión
Hell is Us es un regreso a los orígenes del género de aventuras, pero con la madurez de un estudio que sabe lo que quiere ofrecer. Combina exploración libre, combate intenso y una narrativa intrigante que juega tanto con la guerra como con los demonios internos de la humanidad.
No es un soulslike, pero sí un reto que exige concentración y curiosidad. No es un RPG clásico, pero sí una aventura que premia la observación y la memoria. Y, sobre todo, es un juego que quiere que, cuando apagues la consola o el PC, pienses: “¿Qué demonios acabo de jugar?”.
Un título para quienes crecimos con el mando en la mano, cuando perderse era parte de la diversión, y para quienes quieran descubrir que a veces el verdadero infierno no está en los monstruos, sino en las emociones humanas.
Hell Is Us estará disponible el 4 de septiembre para PC (Steam y tienda Epic), PlayStation 5 y Xbox Series X|S. Además el juego lo podréis disfrutar también en el servicio de juego en streaming GeForce NOW desde su salida.
Hell is us
Una aventura de exploración y combate a la vieja usanza con una excelente ambientación.
Lo mejor
- Una narrativa madura y diferente, sin clichés
- El sistema player-plattering devuelve el placer de explorar por uno mismo
- Combate equilibrado, desafiante pero accesible
- KAPI, el dron, es un compañero útil y original
- Apartado artístico perturbador y lleno de simbolismo
- Rendimiento sólido en Xbox Series X
Lo peor
- Puede frustrar a quienes dependan demasiado de marcadores y ayudas
- Algún bug menor en escenas concretas (especialmente la final)
- La curva de aprendizaje inicial puede ser dura para jugadores más casuales
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Historia
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Jugabilidad
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Apartado artístico
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Apartado sonoro