Comenzamos el 2025 en la sección de cine y críticas con la llegada de La acompañante, una película dirigida y escrita por Drew Hancock en la que pretende darle la vuelta a la comedia romántica al mezclarla con elementos de la ciencia ficción. No es la primera vez que vemos en la gran pantalla el concepto del enamoramiento con una IA, como en el caso de Her (2013), pero aquí se nos propone un giro hacia el thriller que le acaba sentando muy bien.
La acompañante llegará a los cines españoles el próximo 31 de enero de 2025. ¿Queréis saber qué nos ha parecido la película? Seguid leyendo nuestra crítica y os contamos.
¡He dicho que te duermas! ¡Oh, no!
Josh -Jack Quaid- e Iris -Sophie Thatcher- son una adorable pareja que, tras conocerse en un supermercado, han comenzado a vivir juntos y a disfrutar de su mutua compañía. En uno de sus planes, un fin de semana deciden hacer un viaje a un caserón con unos buenos amigos para disfrutar de esa localización de ensueño entre todos. Lo que ninguno podía imaginar era lo que allí acabaría ocurriendo. Aunque… ¿de verdad que ninguno de ellos podía haberlo imaginado? ¿Acaso era cierta la advertencia del principio que habla de matar?
La película comienza con el toque pasteloso propio de las mejores comedias románticas. Durante los primeros minutos nos presentan la relación entre Josh e Iris, contándonos más sobre el día en que se conocieron o algunas dinámicas que tienen los dos, además de poner algún momento de enredo con los demás personajes que poblarán la obra. Aun así, si has podido ver el tráiler, sabrás que hay algo más. Y no se lo guardan mucho tiempo.
Apenas llegada a la primera media hora, con el primer giro narrativo, abandonamos la felicidad fingida y comenzamos el thriller. No son pocos los temas que comienzan a discurrir desde este punto hasta el final de la obra: el significado de «acompañante», las dinámicas de poder, el significado del amor o la propia violencia de género, siendo la tecnología un detalle dentro de la trama.
Todo ello, con la gravedad y profundidad que el tema exige, acaba superponiéndose en muchas ocasiones detrás de unas situaciones de comedia negra que le sientan muy bien a la película. Es en esta mezcla de humor y tragedia en la que la historia acaba encontrando el ritmo exacto para que esos noventa y siete minutos sean la medida correcta.
Habiendo un solo escenario y con el final de la película mencionado en la primera escena, la verdadera carga narrativa la tienen los giros de guion y los personajes. Es interesante cómo han logrado crear ese suspense que te mantiene atento a lo que pasa a pesar de sobreentender el destino final de muchos de los personajes, y eso es algo que en esta crítica valoramos mucho. Ese camino es interesante y, con cada descubrimiento, acabas empatizando más con la protagonista y terminas comprendiendo más la verdadera intención de aquel viaje.
Pero como ya he avanzado, gran parte del interés lo tienen los personajes. Sophia Thatcher se muestra magnífica en esa mezcla entre la ciencia y la humanidad. Iris en el vivo rostro de la inocencia, del amor devoto hacia otra persona… pero igualmente empoderada en el momento en el que verdaderamente requiera abandonar esa posición de acompañante. Por su parte, Jack Quaid comienza siendo alguien que podríamos considerar adorable en ciertas interacciones, pero con algunos detalles que hacen que arquees una ceja. No tarda en cambiar y mostrar sus verdaderas intenciones. Es quizás, el mayor exponente de todo lo malo a lo que hace referencia la película, con algunas escenas desgarradoras y espeluznantes.
Completan el elenco más activo Harvey Guillen (Eli), Lukas Cage (Patrick), Megan Suri (Kat) y Rupert Friend (Sergey), en el papel de los amigos de Iris y Josh. Con mayor o menor repercusión en la historia, me gustaría llamar la atención sobre la relación entre Eli y Patrick, la cual sirve de buen contrapunto frente a la protagónica. Todos ellos trabajan muy bien sus papeles y permitiendo que la trama se mantenga constantemente entre la tensión, la comedia o la emoción.
I’m in a pink girl, in a pink world
Resulta interesante ver cómo el contraste narrativo que observamos desde los primeros minutos acaba trasladándose al color de la película. Al inicio todo es colorido y estos tonos se van deteriorando según va avanzando la película (al tiempo que va anocheciendo). Esto se suma a lo cuidado de los planos, con pocas escenas que den motivo al caos visual. Por su parte, la humanidad del relato deja a los efectos especiales menos atención de la que podría parecer, aunque cuando lo hacen están muy bien implementados.
La música, a su vez, es agradable y contrasta con lo que nos acaba contando, solo cambiando y desafiando en los momentos en los que más drama acaba sucediendo.
Conclusión de la crítica: la soledad de las máquinas frente al humano
La acompañante es una película que desde su mismo póster te aborda con preguntas de las que quieres obtener respuesta. No es solo su historia general (del inicio al final), sino que son todas las reflexiones que se van dando a lo largo de toda la cinta. Siempre se ha visto como el género de la ciencia ficción y la aparición de robots permitía desarrollar el conflicto entre la humanidad y la inteligencia artificial.
Aquí, se nos plantea esa misma dupla a la cual se suma el control y las relaciones sociales. Y todo acaba conjugándose con gran acierto. El elenco, con actuaciones excelentes, recoge un guion interesante y lo convierte en algo ameno y divertido. Además, como ya dije, su duración es un bálsamo en esta nueva ola de películas de grandes duraciones.
La acompañante llega a los cines de España el viernes que viene, 31 de enero. Si te gustan las historias en las que se reflexiona sobre el uso de la tecnología y sobre la propia humanidad, esta es tu película.