Prepara la linterna y deja que el silencio te guíe: The Sinking Forest no se juega, se atraviesa. Entre raíces retorcidas, templos abandonados y un aire que pesa como el agua, esta aventura de terror psicológico te empuja a buscar a tu hermana… o quizá a ti mismo.
No hay brújula, no hay mapa, solo la sensación de estar cada vez más lejos de la superficie. Cada paso cruje distinto, cada sombra podría moverse cuando parpadeas. TonyDevGame y Dojo System dan forma a una experiencia corta pero tensa, mientras Tesura Games prepara su edición física, una oportunidad de adentrarse en un bosque que parece respirar por cuenta propia.
¿Listo para entrar sabiendo que no todo lo que se hunde puede volver a salir?
Detrás de The Sinking Forest está TonyDevGame, un desarrollador español que ha sabido construir su propio rincón dentro del terror independiente. Su visión del miedo no se apoya en la acción ni en la sangre, sino en la atmósfera: en ese momento en el que el silencio pesa más que cualquier grito.

Con los dos títulos de Jack Holmes: Master of Puppets, Tony ya demostró su talento para recrear espacios donde la tensión es casi física, homenajeando a clásicos como Silent Hill o Resident Evil mientras encontraba su propio lenguaje. En The Sinking Forest, esa mirada se vuelve más íntima y madura: el mismo terror, pero con más alma… y con ese toque japonés que resulta tan inquietante como hipnótico.
TonyDevGame no crea juegos de terror: crea lugares a los que da miedo volver
Historia – Ecos bajo el agua
Ser el hermano mayor a veces es un incordio, y si no que se lo digan a Sota Miyazono, que después de varios días sin poder contactar con su hermana decide ir a buscarla a su apartamento. Lo que encuentra no es precisamente reconfortante: un piso en penumbra, platos abandonados, correos sin leer y ese tipo de silencio que pesa demasiado para ser casualidad.

Y ahí no acaba la sorpresa. Sayuri no solo ha desaparecido: resulta ser una nerd de las leyendas urbanas, obsesionada con un antiguo culto de monjes que practicaban rituales de automomificación en un bosque remoto. Vamos, que decidió hacer de “equipo de investigación” por su cuenta… y el resultado, como puedes imaginar, no pinta bien.
Sota sigue su rastro hasta The Sinking Forest, un lugar que parece tragarse a todo el que entra. Entre templos olvidados y pasadizos inundados, las pistas se mezclan con visiones, voces familiares y figuras que se mueven cuando no deberían. Lo que empezó como una búsqueda se convierte en una caída —lenta, inevitable— hacia un lugar donde el bosque respira, observa… y guarda sus propios secretos.
En The Sinking Forest no buscas a tu hermana. Buscas lo que perdiste cuando dejaste de escucharla
A medida que Sota se adentra en el bosque, la búsqueda de su hermana se vuelve cada vez menos literal y más emocional. Los límites entre la realidad y la culpa se desdibujan, y el silencio empieza a hablar más que las propias voces. The Sinking Forest no trata solo de encontrar a alguien, sino de aceptar lo que se ha perdido… y de entender que hay heridas que, cuando se abren, no buscan respuesta, sino descanso.

Jugabilidad – Sobrevivir entre raíces
La jugabilidad que nos propone el desarrollador español tiene una premisa muy básica, pero no por ello menospreciable. Explorar el entorno, en vista de primera persona, recolectando pistas y teniendo a nuestra disposición solamente un mechero, una linterna y una cámara de fotos. Aquí no hay escenas de acción desenfrenada, sino exploración pausada, de esa en la que la tensión es tan real que parece que cualquier movimiento fuera de la pantalla podría despertar algo dentro de ella.
El sigilo y la interacción con objetos son las piezas centrales del diseño. No existe un sistema de combate tradicional: los enemigos que aparecen no se enfrentan, se evitan. Pero basta un descuido para que la muerte llegue de golpe. El bosque no perdona.

Los puzzles aparecen de forma natural, aunque algunos resultan algo obtusos, especialmente al inicio, cuando no está del todo claro con qué objetos podemos interactuar. Nada grave, pero sí suficiente para obligarte a observar con más atención —que, en un juego como este, es parte del encanto. También algunas físicas pueden jugarte alguna mala pasada (y puede que alguna que otra risa, porque la que lie yo con el paraguas…).
Aquí, hasta un objeto inofensivo puede convertirse en tu peor enemigo… o en la excusa perfecta para reírte del miedo
El diario actúa como nuestro único hilo conductor: registra los avances, las notas y las observaciones de Sota, evitando así la sobreexposición y manteniendo la inmersión. No hay indicadores en pantalla ni ayudas visuales; el juego confía en que el jugador se pierda… y disfrute de hacerlo.
Es una experiencia breve e intensa, pensada para completarse en una o dos sesiones. Pero esa duración juega a su favor: The Sinking Forest no busca retenerte, sino atraparte el tiempo justo para que, cuando por fin salgas del bosque, todavía sigas escuchando cómo crujen las raíces bajo tus pies.
Apartado gráfico y sonoro – El bosque respira
El trabajo visual de The Sinking Forest es, ante todo, atmósfera. No busca deslumbrar con texturas ultrarrealistas ni efectos de partículas espectaculares, sino con esa humedad visual que parece impregnar cada plano. Todo está construido en Unreal Engine 5. El bosque no es un escenario: es un personaje más, silencioso, paciente… y perfectamente consciente de que estás ahí.

El uso de la oscuridad es casi una mecánica. No ves solo porque no debes ver. Hay zonas que parecen negarse a ser iluminadas, y esa decisión artística es clave para mantener la tensión. A veces crees que algo se mueve al fondo, y no sabes si ha sido una sombra, un reflejo o tu propio pulso.
No hay monstruos detrás de ti: solo el bosque, y eso ya es suficiente
A nivel de sonido, TonyDevGame demuestra que el terror también se diseña con los oídos. Las gotas cayendo sobre el metal, los crujidos de la madera, las respiraciones de Sota y los ecos imposibles se entrelazan con una banda sonora mínima, casi inexistente, pero precisa. Cuando la música aparece, no acompaña: avisa.
Es cierto que algunas animaciones son simples y que el modelado de los enemigos no compite con producciones mayores, pero el conjunto funciona porque la coherencia estética lo sostiene todo. Todo encaja, todo tiene sentido dentro del tono.
Y al final, cuando apagas el juego, el silencio que queda no es vacío: es el mismo que escuchabas entre los árboles.
Conclusión – Cuando el silencio lo dice todo
A veces los juegos no terminan cuando se apagan, sino cuando el eco deja de seguirte
The Sinking Forest es uno de esos juegos que no necesitan gritar para hacerse oír. En una hora escasa consigue lo que muchos títulos de terror no logran en diez: que el jugador se sienta observado incluso cuando no pasa nada. TonyDevGame firma una experiencia pequeña en escala, pero enorme en intención, donde cada paso tiene peso y cada sombra cuenta una historia.

No es un juego perfecto —ni lo pretende—. Hay físicas que se rebelan, animaciones que pecan de simples y algún susto que llega tarde o no llega del todo. Pero nada de eso rompe el hechizo, porque el bosque está vivo, y su fuerza no reside en lo que enseña, sino en lo que sugiere.
Con el apoyo de Dojo System y Tesura Games, que llevarán el título también a formato físico para PlayStation 5, Tony demuestra que el terror sigue encontrando nuevas formas de existir fuera del ruido, los grandes estudios y las fórmulas prefabricadas.
Nosotros hemos probado la obra en PC, donde ocupa unos escasos 8,46 GB, y con las características abajo mencionadas, con un rendimiento optimo:- Laptop i7, 16GB de RAM con Nvidia GTX 1070. Estable en 60 FPS y sin glitches gráficos aparentes que afecten al rendimiento, más allá de algunas físicas extrañas que ya mencionamos en la jugabilidad.
- Steam Deck: No recomendable porque aunque gráficamente se puede ajustando gráficos y dejandolo en 30 – 40 FPS, sus controles no están adaptados del todo y es un poco engorroso.
The Sinking Forest es, en el fondo, una carta íntima: habla del miedo, sí, pero también del remordimiento, del amor entre hermanos y de lo difícil que es aceptar que hay cosas —y personas— que no podemos salvar. Y cuando todo termina, no sabes si has escapado del bosque o si el bosque, discretamente, se ha quedado contigo.
The Sinking Forest ya está disponible para PlayStation 4, PlayStation 5 y PC.The Sinking Forest
The Sinking Forest es una obra pequeña, pero con una gran intención. TonyDevGame firma un juego de terror íntimo y personal, más centrado en la atmósfera que en el susto. Su visión del miedo es pausada, artesanal y con alma, aunque no está exenta de tropiezos: controles toscos, físicas rebeldes y una duración breve. Aún con todo, su coherencia artística y su sensibilidad lo convierten en una experiencia que deja huella y en un autor al que conviene no perder de vista.
Lo mejor
- Atmósfera
- Dirección artística
- Terror de autor
Lo peor
- Algunas físicas
- Duración muy breve
- A veces, es confuso en cuanto a qué camino tomar o la resolución de algunos puzles
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Historia
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Jugabilidad
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Apartado artístico
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Apartado sonoro
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Rendimiento


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