CRY MACHO (CLINT EASTWOOD, 2021) - CRÍTICA

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Crítica de Cry Macho de Clint Eastwood

Warner Bros. Pictures nos invitó a disfrutar de Cry Macho, el drama dirigido, producido y protagonizado por el oscarizado Clint Eastwood. La película, que llega el viernes 24 de septiembre a los cines españoles, se nos presenta como una conmovedora e inspiradora historia de redención a la que tanto nos tiene acostumbrados el actor estadounidense.

¿Estará al nivel de sus últimas obras? Continúa leyendo y conocerás lo que opinamos.

 

Las cicatrices del pasado

Nada más iniciar nos subimos al coche de Mike Milo -Clint Eastwood-, un nonagenario criador de caballos recién despedido de su empleo. Es en estas primeras escenas en las que se nos presenta el pasado del personaje: una antigua estrella de rodeo de Texas que, tras un accidente, perdió su fama y su familia, dejándolo en una situación emocional de depresión. Solo Howard -Dwight Yoakam-, el jefe del rancho sintió compasión por él, contratándole.


Escena con Mike Milo (Clint Eastwood) y Howard (Dwight Yoakam).


De nuevo, con su trabajo perdido, Mike toca fondo, pero la vida le tendrá una sorpresa reservada. La oportunidad de redención llegará de nuevo de la mano de Howard, el cual le hará un encargo muy especial: ir a México y traerle de vuelta a su hijo.

Eastwood se viste de nuevo con unas galas que le quedan bien: las de un hombre mayor, solitario y algo cascarrabias al que la vida no le ha sonreído. Conocerá a Rafo -Eduardo Minett-, el hijo de Howard que, huyendo de los abusos de su madre, se escapa a la calle para realizar peleas de gallos con el suyo, Macho. Comienza aquí una persecución entre los partidarios de la madre y los protagonistas. Durante el camino encontrarán grandes apoyos, como el de la viuda Marta -Natalia Traven- o el pueblo de San Luís Potosí.

 

Escena con Mike Milo (Clint Easwood), Rafo (Eduardo Minett) y Marta (Natalia Traven).


¿Por qué Macho?

Clint es reconocido como el último de los cineastas que graban al estilo clásico. Con una narración lenta y pausada (en ocasiones se acusa demasiado), pero con una gran cantidad de información en cada plano del metraje ( eso sí, con una cuidada estética que nos mantiene dentro de la ambientación).

 

Escena de descanso con Mike Milo (Clint Eastwood) y el gallo de batalla Macho.

Esta narrativa audiovisual le sirve a Eastwood para retomar uno de los temas que ya había trabajado de manera sublime en otra de sus películas [Gran Torino, 2008]: el concepto del hombre o macho. Durante la obra se enfrentan tanto verbalmente como visualmente dos maneras de concebir esa hombría, mostrándola como algo que se aleja de esos elementos violentos y aferrándose más a las cosas que se pueden hacer en el día a día desde la humanidad y conocimiento de cada uno. Quizás los lloros vengan por ahí. Resulta curioso que esta reflexión la traiga de nuevo Clint, siendo uno de los iconos del HOMBRE de una época. Aunque no se pueden ignorar los diferentes estereotipos que pueblan los minutos de la cinta. Quizás, y esto no serviría de excusa, hay que entender que el guion de la obra, a cargo de Nick Schenk y N. Richard Nash, está basado en libro homónimo del último, que fue publicado en 1975, incluyendo ciertas variaciones con respecto al material original.

Y aunque pueda parecerlo por el planteamiento de la cinta, la trama abandona esas secuencias de acción con armas, relegándolas a unos momentos clave en los que no son usadas. De este modo, la obra se centra más en el autoconocimiento de los personajes a través de sus acciones y su relación con el mundo. Mike, viejo y perdido, encontrará su lugar como maestro del joven Rafo, adolescente y en búsqueda de un sentido para la vida. Esta relación, mostrada a través de ese amor compartido por los caballos evolucionará, creando y modificando a los personajes para alcanzar el clímax.

 

La relación entre personajes se vuelve más sólida por su gusto por los caballos. En la escena, Mike Milo (Clint Eastwood) y Rafo (Eduardo Minett).

Aun así, la obra avanza acompañada de un magnífico trabajo musical a cargo de Mark Mancina [Vaiana, 2016], ofreciendo un perfecto marco sonoro a este western moderno con maravillosas melodías que te transportan de lleno al escenario recorrido.


La relación entre personajes es importante para la trama. En la escena bailan Mike Milo (Clint Eastwood) y Marta (Natalia Traven).



Conclusión

Cry Macho es hija de quién es y por eso tiene una manufactura y un fondo tan bien ejecutados y, aunque plantea algunos errores argumentales o escenas incoherentes que pueden llegar a sacarte por un momento de la cinta, eso no impide disfrutar de la trama y de los momentos más cómicos de la misma. Entretenida, sí. Obra maestra… Tendremos que esperar a la siguiente.

Porque con Clint Eastwood tenemos por seguro que habrá más.

 


Cry Macho se estrena el viernes 24 de septiembre en cines. Si sois fans de las películas de Eastwood, no podéis perderos esta. Si no, disfrutaréis de una entretenida cinta sobre encontrarse a uno mismo y tomar decisiones.

Antonio J. Rodríguez López

Antonio J. Rodríguez López

De tierras gallegas con un lacón bajo el brazo. La vida frente a la pantalla me entregó unas gafas con las que veo en 8K. Me gustan las cosas bien narradas, sean del formato que sean. Mis estanterías están a rebosar de juegos, libros, miniaturas...
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