Argumento
Relicta está construido de una forma particular. La trama es
uno de los elementos vehiculantes y que, sin duda, hacen que el juego
funcione.
Aun así, la premisa que da comienzo a los acontecimientos del juego puede
hacerse extraña y chocante, y sin duda para mí así ha sido. La científica
protagonista se obliga a sí misma a pasar por todos los experimentos y
puzles porque
–atención– se le antoja mucho trabajo hacer una mínima gestión burocrática. Dicha gestión desactivaría todos los
rompecabezas, lo que hubiera hecho el viaje de la protagonista bastante
más sencillo.
Sea como fuere, esa es solo la mota de polvo en el cristal. El
argumento es uno de los puntos fuertes de Relicta; y sus personajes
hacen gala de un lenguaje muy relajado y coloquial
–con la estelar aparición de algunas palabras un poco más gruesas–.
El humor y el lenguaje coloquial es una de las constantes en las
interacciones entre los personajes |
La obra de Mighty Polygon es un totum revolutum
que une investigación, ciencia-ficción, política, espionaje y unas
turbulentas relaciones familiares y profesionales. A tan peculiar mezcla se adhiere un ente parasitario, que pone el toque
justo de amenaza en un mundo donde nada
–en principio– parece ir en contra de la protagonista.
Jugabilidad
La forma en la que Relicta se presenta es solo un adelanto de lo
que le espera durante el tiempo que esté a los mandos. Con un
tutorial que enseña a manejar los conceptos básicos, Mighty Polygon
suelta al jugador en un mundo en el que
–aunque no lo parezca– nada le es favorable. Desde el mismo inicio, el mayor enemigo del
jugador son los propios rompecabezas que debe resolver para poder avanzar.
El principal atractivo de Relicta es también
–y en muchas ocasiones– su principal desventaja. El título es una
excusa para jugar a nuestra voluntad con las leyes de la física y la
polaridad
–aquello de las pilas, el positivo y el negativo– y avanzar por el mundo atravesando áreas enteras de puzles que
obligarán al jugador a estrujarse el cerebro y a ponerse a prueba a sí
mismo, aplicando de cuando en cuando múltiples variaciones que –naturalmente– complican el asunto aún más.
Los rompecabezas se complican cada vez más, y son un gran reto a
batir |
Ese es el encanto y la maldición de Relicta. A pesar de que resulta muy divertido manipular a tu antojo las leyes de
la física y mover los cubos
–base de todos y cada uno de los rompecabezas que debemos enfrentar–,
algunos de los movimientos que nos permiten progresar por el mundo
exigen al jugador que piense más allá de los límites de lo que cabría
suponer.
Esta exigencia es algo positivo, por supuesto, pero puede llegar a
resultar un problema cuando deja al jugador con la
sensación que tenía el protagonista de Náufrago
(2000). La desesperación que pueden llegar a experimentar quienes
no estén plenamente concentrados es muy grande, y la ausencia de
pistas
–por mínimas que sean– que orienten a los jugadores más desconcertados tampoco aplaca una
situación que se puede alargar
–como me ha pasado– hasta más de media hora. Relicta es, en ese sentido, una obra fiel a la doctrina del
ensayo-error: los puzles más avanzados se deben intentar una y otra vez hasta
conseguir el resultado esperado.
Otro de sus puntos flacos es –quizá– que
algunas partes de los rompecabezas están sujetas al azar.
Llámenlo azar, llámenlo voluntad de la Física. En más de una
ocasión, he resuelto algún puzle gracias a los designios un benevolente
Newton que se compadeció de mi atormentada alma y me ayudó a progresar. En
otras,
su propio espíritu es lo que causa ciertos errores que se antojan más
que chirriantes. Puntualmente, algún que otro rompecabezas es solucionable
haciendo «trampas» y forzando las físicas y mecánicas del título al límite. Para
muestra, un botón: he podido sortear dos barreras infranqueables con un
cubo, lo que me ha permitido resolver el rompecabezas y progresar en el
área.
El mundo de Relicta es colorido, y cada área tiene su
personalidad propia |
A mi juicio, Relicta peca por exceso: desea llevar tan lejos
el realismo en sus mecánicas –tratando de construirlas muy estrechamente al comportamiento real de los
objetos bajo las doctrinas de la Física– que algunas veces se olvida que no es un campo de pruebas virtual de un
laboratorio científico carísimo; si no un pasatiempo, un reto para todos
los públicos que se supone complicado pero asequible en igual
medida.
Gráficos y sonido
El apartado gráfico de Relicta es lo que uno cabría esperar de
un título de puzles. La base lunar y los cuatro cráteres terraformados
–cada uno con un bioma diferente– brillan de forma independiente, y es
una verdadera lástima que el espacio por el que la protagonista puede
moverse esté limitado
–algo normal por otra parte, pues lo importante son los rompecabezas–; porque el entorno llama a explorar todos y cada uno de sus rincones.
Los sonidos de Relicta son el complemento idóneo para
sus gráficos. Los efectos sonoros de las herramientas de la protagonista y
de los rompecabezas, en ocasiones, son útiles para progresar y continuar
resolviendo los puzles; lo que supone una ayuda fundamental en los momentos
en los que la visión del jugador está bloqueada.
Conclusión
Relicta es un buen título, con propuestas interesantes y unas mecánicas que prometen y cumplen con mucho, pero que queda deslucido por ciertos flecos que quizá han quedado sin pulir y que –de cuando en cuando– afectan a una experiencia de juego que resulta estimulante y divertida; pero que puede llegar a ser frustrante si no se presta toda la atención que es necesaria.
Lo mejor
– Gráficos cuidados que hacen que cada zona del juego destaque y brille con
luz propia
– Concepto de juego interesante con mecánicas atractivas y aderezado con una
trama divertida
– Guion y personajes desenfadados que le añaden la nota de coloquialismo
justa como para sacar alguna risa al jugador
Lo peor
– Un sistema de mecánicas y físicas que podría estar algo más pulido y que,
en ocasiones, destruye la diversión que se pueda extraer del título
– La posibilidad de usar «trampas» para superar algún puzle que otro fastidian la experiencia y
desvisten al título del aura de desafío que plaga todos sus rompecabezas.